La sanidad privada resiste

La crisis ha golpeado duro, de una u otra forma, a buena parte de los sectores económicos de Euskadi. Sin embargo, el área de la medicina privada ha capeado mejor que otros los embates de la recesión. El cierre de la clínica San Francisco Javier, anunciado para el próximo día 27, no es el primero que se produce en Vizcaya -la antigua policlínica San Antonio ya lo hizo en 2006, aunque fue adquirida por Mapfre-, pero la realidad es que el número de clientes de clínicas privadas se mantiene o, en algunos casos, va incluso en aumento.

Dos motivos explican este fenómeno. De un lado, aun en tiempos de crisis, los gastos en materia de salud son los últimos que se recortan, lo que convierte a los centros sanitarios en un "sector burbuja", como lo califica María Cordón, consejera delegada del grupo Quirón, empresa que pronto abrirá un centro en Erandio. De otro, la medicina privada en España es alrededor de un 30% más barato que en el resto de Europa. Además, muchas empresas consiguen descuentos de entre un 20 y un 25% al contratar un seguro médico para sus trabajadores. "No hace falta ser rico para tener una póliza privada, y a cambio se recibe una atención directa sin esperas", señala Cordón.

Los seguros en España son hasta un 30% más baratos que en Europa

La sanidad pública gratuita es un derecho de todos los ciudadanos, pero un buen número de ellos opta por el "doble aseguramiento" que implica contratar un seguro privado. Es un diagnóstico que comparte una portavoz del Igualatorio Médico Quirúrgico (IMQ), mayoritario en Vizcaya -concentra entre el 70 y el 80% de los contratantes de pólizas de este territorio-, que cerró septiembre con mil asegurados más que en el mismo mes de 2008 y suma 310.000 en todo Euskadi. Las previsiones de Sanitas, con 35.796 clientes en 2008 -un 10,4% más que un año antes-, pasan por mantener las mismas cifras al cierre de este ejercicio.

En este clima positivo, que incluye la apertura de un centro sanitario del IMQ en Zorrozaurre y otro de Quirón en Erandio, el inminente cierre de la clínica San Francisco Javier, propiedad de Mapfre, ha sido calificado de "turbio" por el sindicato de enfermería Satse. Y es que, según fuentes de la central, antes del verano la dirección del centro aseguró a los empleados que los gastos de personal casaban con los ingresos. "Y ahora, de repente, dicen que cierran sin plantear un ERE, sino con despidos improcedentes. No cuadra", manifiestan las mismas fuentes, quienes recalcan que "no hay que olvidar que la sanidad privada es un negocio". Según Satse, la buena salud actual del sector privado deriva, al menos en parte, del gran impulso que le dio el ex consejero de Sanidad, Gabriel Inclán, durante su mandato.

Desde que saltó la noticia del cierre, los 150 empleados del San Francisco Javier, que se concentraron ayer en Bilbao, viven en una angustia constante. Ya han recibido incluso una carta en la que les preguntan cómo quieren cobrar los 45 días por año que les corresponden, pero todo apunta a que habrá luz al final del túnel.

Según anunció ayer Cordón a EL PAÍS, el grupo Quirón se plantea, como una "opción cierta" adelantar un mes la apertura de la nueva clínica de Erandio -prevista inicialmente para el 7 de enero- a la vista del problema "laboral y asistencial" derivado del cierre de San Francisco Javier. Es más, el lunes comenzarán a entrevistar a los antiguos empleados de la clínica bilbaína con la intención de incorporar al mayor número posible a su empresa. "Es gente experimentada y muy cualificada", señala Cordón. El mismo propósito se alberga con los pacientes y ya se ha encargado un informe para ver cuántos de ellos podrán acoger en el hospital que va a abrir próximamente en Erandio.