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Los expertos reprochan a los partidos la urgencia para aprobar la ley electoral

Los autores del borrador de la norma cuestionan la viabilidad del sistema alemán

Clara Blanchar

Celebran que por fin, después de 30 años, la ley electoral catalana eche a andar. Pero no entienden a qué vienen tantas prisas, cuando apenas hay un año para aprobarla y el borrador del texto se ha pasado dos años esperando en un cajón. Los expertos que redactaron el informe en el que se basa el borrador de la futura ley están, cuando menos, sorprendidos. Como poco se muestran escépticos. El colmo es que, alertan, cuando ya se había alcanzado un cierto grado de consenso sobre cómo garantizar la representación territorial y proporcional de los partidos -el hueso más duro de roer de la futura ley-, han salido el PSC y CiU apelando al sistema alemán. Es un método reconocido por lo bien que casa la representación de los partidos y el territorio, pero en su día se descartó porque no es aplicable en Cataluña, donde la distribución de la población sobre el territorio es muy desigual, mientras que en Alemania es muy homogénea.

La ponencia del Parlament que hará la ley se pondrá a trabajar el día 20

"Si quisieran, si hubiera voluntad política, la ley se podría aprobar muy rápido. Es viable aprobarla porque ha habido mucha discusión para lograr el consenso. No es ideal para nadie, pero es realista", asegura el profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Cientificas Josep Maria Colomer, que presidió la comisión de expertos nombrada por la Generalitat. "La sorpresa y el escepticismo llegan cuando los dos grandes partidos rescatan el método alemán, que se contempló, pero se descartó", aclara. Colomer mantiene, con todo, que sería posible adaptar la metodología alemana a la realidad catalana. Se podría, sugiere, elegir un diputado por comarca y por distrito de Barcelona (sumarían 44 más 10) y los 81 escaños restantes (hasta los 135 del Parlament) se podrían repartir en función de la población.

El más duro de los cinco expertos consultados -del total de seis- al valorar la actitud de los partidos catalanes ante la tramitación es Jordi Sauret, profesor de Técnicas de Investigación de la Universitat Abat Oliva: "Es una salida adelante de la clase política, que se ha visto obligada a hacer algo ante la desafección. Hay un alejamiento de la población respecto a la política... ahí está la altísima abstención. La guinda han sido los casos de corrupción, pero si alguien cree que la ley electoral lo solucionará, se equivoca de plano". "Pretender que la ley solucionará la falta de participación es desviar la atención, es un brindis al sol. El desgaste es demasiado estructural", añade.

El profesor y jefe de estudios de Ciencias Políticas de la Universidad de Barcelona Josep Maria Reniu celebra que "por fin hayan comenzado los trabajos", pero añade: "Las prisas nunca son buenas compañeras. Si dieran por buenas nuestras recomendaciones, con el trabajo técnico y político que tienen detrás, se podría aprobar en tres días, pero tal como los partidos se han comenzado a posicionar, reabriendo el melón del método alemán... temo asistir a un baile ritual simbólico de cada partido para acabar bloqueando la evolución de los trabajos".

También Joan Botella constata que el trabajo de los expertos "allana el camino", pero se muestra extrañado de que los dos grandes partidos "hayan hablado simultáneamente" del método alemán: "Es un escollo para aprobar la ley en tan poco tiempo". De acuerdo con el borrador, otra traba es que las circunscripciones previstas corresponden a veguerías, también en proyecto. Pero el consejero de Gobernación, Jordi Ausàs, se ha comprometido a aprobar también esta ley antes de fin de año.

La ponencia que se ha constituido en el Parlament para redactar la futura ley -dos representantes por partido- se pondrá a trabajar dentro de una semana, el día 20. En teoría, el trabajo del comité de expertos terminó con el extenso informe que desembocó en el borrador de ley; pero los académicos están siendo requeridos de nuevo por los partidos para, aunque sea desde la sombra, volverse a arremangar.

Josep M. Colomer

- En defensa del consenso. "Como presidente del comité de expertos designado por la Generalitat, mi obligación es defender el borrador, porque fue fruto del consenso".

- Sorpresa y escepticismo. "Que ahora salgan con el método alemán es una sorpresa. Hasta ahora el PSC no era partidario del doble voto [partido y territorio]. Pero si quieren es posible crear un método y consensuarlo".

Joan Botella

- La exclusión del método alemán. "El comité de expertos lo consideró, pero lo excluyó por dificultades operativas y técnicas. Era demasiado complicado aplicarlo en Cataluña".

- La propuesta mejora

la representatividad.

"La propuesta ya mejora la representatividad. Ahora un diputado de Lleida cuesta 27.000 votos, y uno de Barcelona, 70.000. Nuestra propuesta reduce esta desigualdad".

Josep M. Reniu

- Se ha perdido tiempo. "Los partidos han dejado pasar un tiempo precioso, dos años en los que se hubiera podido debatir de forma pausada y productiva. Es una pena después de tanto trabajo".

- Dudas sobre las listas abiertas. "La sociedad catalana no responde a un modelo donde las listas abiertas puedan ser efectivas y no son razonables para mantener el papel central de los partidos".

Jordi Sauret

- La ley no condiciona el voto. "La gente no vota por una ley electoral u otra; se moviliza cuando lo que está en juego le afecta".

- La dificultad del método alemán. "Es metafísicamente imposible poner de acuerdo al PSC y CiU a un año vista de las elecciones".

- El riesgo. "Estamos ante un Estatuto 2. Interesa a la clase política, pero la gente no ve la relevancia, y esto frustra expectativas".

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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