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La falta de acuerdo retrasa al día 19 la cumbre de la UE

El número de candidatos a presidente y a alto representante se multiplica

La lista de candidatos para cubrir los puestos de presidente y de alto representante de la Unión Europea y vicepresidente de la Comisión supera con tantas creces la magra relación de puestos disponibles que el presidente de turno de la Unión, el primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, ha decidido incluir en la pugna de nombramientos el cargo de secretario del Consejo, según anunció ayer al dar cuenta de la convocatoria para el día 19 de la cumbre que debe emparejar nombres y cargos.

Reinfeldt dijo que su intención es que para ese momento haya un nombre con posibilidades para cada cargo en liza y, curándose en salud, advirtió que no sería la primera vez que un cargo comunitario no recae en el favorito.

"He terminado la primera ronda de consultas con los otros 26 países y puedo decir que salen más nombres que cargos, por lo que necesitaremos realizar más consultas", declaró el presidente de turno de la UE, enredado en la difícil función de atender a toda clase de equilibrios y cuotas, que él mismo identificó: izquierda-derecha, pequeño-grande, norte-sur, este-oeste, hombre-mujer.

Primera solución comunitaria: arrojar más cargos a la jauría de interesados, porque "es muy difícil lograr un equilibrio con sólo dos cargos". A las conocidas posiciones de presidente permanente del Consejo y de ministro de Exteriores comunitario, de muy alto perfil político y llamadas a encarnar a la UE en el exterior, Reinfeldt agregó la de secretario general del Consejo, una función hasta ahora carente de relevancia pública y sólo internamente valiosa en su calidad de coordinador de las acciones del Consejo, el organismo que agrupa a los Gobiernos de la Unión. Javier Solana conciliaba las funciones de alto representante y de secretario general, pero con el Tratado de Lisboa ambas posiciones se desligan.

Reinfeldt reconoció que el exceso de demanda tiene que ver con los dos cargos importantes y que "llevará tiempo hacer que todo cuadre". Adelantó que su intención es que "cada uno de los Veintisiete participe en el proceso de selección", que espera culminar en la cena del día 19. Idealmente los nombres saldrían por consenso, "aunque la decisión se puede tomar por mayoría en caso de necesidad".

Suecia es una gran defensora de la transparencia, pero en este proceso se ve obligada a jugar con reglas que la impiden. Reinfeldt alegó que todos los nombres que han trascendido para presidente "son o han sido primeros ministros", suficientemente conocidos por la opinión pública europea (lo que es mucho decir en el caso de algunos de ellos), y descartó la pretensión polaca de que los candidatos se libren a una especie de concurso-oposición ante el tribunal de los líderes comunitarios. "Un primer ministro dice en su país que se va, luego que no lo ha conseguido, que 'aquí vuelvo' y que 'os quiero mucho", ironizó. "No es realista".

De ahí que no haya candidatos que hayan oficializado sus ambiciones ni que él haya pedido a ninguno que se presente. "Los primeros ministros tienen que estar seguros de que van a salir. Yo no puedo prometerles el éxito al 100%, pero tendré que conseguir el apoyo suficiente" entre los otros líderes para el que parezca capaz de aunar mayor número de apoyos. Fue un indicio de que el futuro presidente de la UE es ahora un primer ministro en ejercicio, lo que, de nuevo, parecería dejar fuera de juego a Tony Blair. Aun con todos los esfuerzos, el proceso no tiene garantía de éxito para el candidato. "Ya ha habido casos en que el candidato que se presenta no es el elegido", recuerda Reinfeldt. "Podría ser otra persona".

Lo infructuoso de las pesquisas ya está poniendo nerviosos a algunos Gobiernos. El francés se quejaba ayer de la semana perdida desde que el fin de las objeciones checas despejó el camino a la selección de cargos. Y aún queda otra más de transacciones.

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