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LAS RAZONES DE FRANCISCO CAMPS PARA APOYAR EL ACUERDO

Bancaja-CAM: O fusión, o nada

Ambas cajas quedarán expuestas a mayores riesgos en los próximos años

Una orden no siempre, necesariamente, tiene que darse por escrito ni por vía oral. Basta con una sugerencia de quien tiene el poder para que la otra parte sepa a qué atenerse. En materia de fusiones de cajas de ahorro la Generalitat es la que tiene la última palabra. Este es un dato que no se les escapó a ninguno de los presidentes de Bancaja, CAM y Caixa Ontinyent que el pasado viernes se reunieron con el presidente Francisco Camps. Y eso fue lo que éste les recordó cuando afirmó que fusiones con cajas de ahorro foráneas a la Comunidad Valenciana, ni una.

Cegada esta vía, qué queda: O la fusión entre Bancaja y la CAM o que todo siga igual a sabiendas de que los próximos años van a ser muy duros para todas las entidades financieras, especialmente para las que, como el caso de las valencianas, apostaron con fuerza por el sector del ladrillo. Camps no se pronunció abiertamente -ya lo había hecho por él con anterioridad su vicepresidente económico, Gerardo Camps- pero dejó claro el camino a seguir.

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Otra cosa son las interpretaciones que se hacen en función de los intereses de Bancaja o de la CAM. Fuentes oficiales de la primera aseguran que la reunión fue una llamada de atención para la caja alicantina por sus "devaneos" con Cajamurcia, Sa Nostra o, incluso, Caja Madrid. "Había que acabar con esas especulaciones. De ahí la reunión. Nosotros estamos preparados para el futuro, sea éste cuál sea". Un empresario de Alicante, con influencias directas en la CAM, no lo ve tan claro. Que no se hablara expresamente de fusión no significa que el espíritu de la misma no estuviera presente durante la reunión. "La burguesía de Valencia presiona para tener el control económico de la Comunidad Valenciana. No le basta con el político. La fusión va contra el discurso de la vertebración y fortalece el centralismo de Valencia. Una decisión así crearía un cisma socieconómico".

Las percepciones son distintas. En Alicante, Bancaja está peor que la CAM. En Valencia, la visión es la contraria. Pero el común denominador es que ninguna de las dos anda muy boyante (como la mayoría de las cajas españolas, cabría añadir). Lo cierto es que el futuro se presenta incierto para ambas entidades que quedarán más expuestas a los vaivenes financieros que se anuncian. Camps lo sabe y les marcó el camino. Otra cosa es que lo sigan. La comparecencia del presidente de la Generalitat tras su reunión con los máximos responsables de las tres cajas valencianas, el vicepresidente económico y el director del Instituto Valenciano de Finanzas, dejó varias preguntas en el aire. Sigue un intento de despejar algunas claves de su discurso.

- ¿Qué dijo Camps? En público, el presidente de la Generalitat ordenó a los presidentes de Bancaja y Caja del Mediterráneo (CAM) que ajusten cualquier decisión sobre su "presente y futuro" al "ámbito autonómico de decisión política" y que "cualquier decisión sobre su presente y su futuro las deben adoptar los órganos de gobierno de las cajas, pero siempre en el ámbito autonómico de decisión política".

Fuentes de Bancaja aseguran, en privado, que el presidente trasladó un mensaje a la CAM para que pusiera punto final a sus devaneos con cajas foráneas.

¿Instó Camps una fusión? El presidente de la Generalitat declaró ante los periodistas que los órganos de gobierno de las entidades financieras sabrían tomar las decisiones oportunas "para no tener que depender de nadie" y "siempre sabiendo que el ámbito político de la Comunidad Valenciana tiene que continuar vertebrando expectativas de futuro".

- ¿Cómo están las cajas? La tercera y la cuarta caja de España se sumaron con alegría a la fiebre del ladrillo y ambas están contaminadas por un volumen oculto de activos tóxicos. En Valencia, el comentario general es que "Bancaja está mal, pero la CAM está peor". En Alicante, sin embargo, "la CAM está mal, pero Bancaja, peor".

- ¿Cuál es el futuro inmediato? Las simulaciones elaboradas por los técnicos financieros de las dos grandes cajas valencianas son similares. La riqueza nacional caerá a lo largo de 2009 en torno al 3,5%. En 2010 las perspectivas apuntan a una caída menor, pero caída al fin y al cabo, en torno al 1,5%. El equilibrio sólo se atisba en torno a 2011. Las cajas de ahorro españolas celebrarían cerrar el ejercicio de 2010 sin pérdidas. Las prospecciones apuntan a un alza de la morosidad y a serias dificultades para captar recursos. Por lo tanto, la inversión en créditos al público, el negocio por excelencia de las entidades financieras, se mantendrá bajo mínimos.

- ¿Crecen los depósitos? Bancaja captó a lo largo de 2008 7.500 millones de euros a través de ofertas de ahorro con unos intereses medios en torno al 5%. El Euribor, el índice de referencia para las hipotecas, está en el 1%. La entrada de fondos resulta pues muy cara.

- ¿Juntas o revueltas? El Banco de España ha exigido a todas las cajas de ahorro que aparten el 20% de los fondos invertidos en promociones inmobiliarias por si acaso. Lo habitual antes de la actual crisis financiera era dotar un 10%. Las dos cajas valencianas invirtieron mucho en promociones inmobiliarias. Incluso comparten clientes. Cada una por separado acumula una cantidad notable de activos tóxicos. Juntas, el problema se duplica. Una fusión implicaría, además, miles de despidos y el cierre de cientos de oficinas. Hasta cuatro mil según algunos informes sindicales.

- ¿Importa el tamaño? Hay opiniones para todos los gustos. Caixa Ontiyent, la tercera en discordia y la más pequeña con diferencia arroja unos índices de eficiencia envidiables. No es sorprendente que Rafael Soriano, presidente la caja levantada en torno a la industria textil de La Vall d'Albaida, comentara el viernes al salir del Palau que "no es momento" para una fusión. El tamaño importa para afrontar una agresión exterior y para salvar problemas de liquidez. Pero a partir de cierto volumen, no está nada claro que funcionen las economías de escala.

- ¿Hay alternativas a la fusión? Sí, seguir como están. Bancaja afirma que dispone de fondos suficientes para afrontar dos ejercicios duros.

- ¿Qué dicen los empresarios? La patronal valenciana apuesta por asentar Valencia como plaza financiera y aprueba una fusión de Bancaja y CAM para evitar asaltos exteriores. Los valencianos apuestan por mirar hacia abajo a la hora de analizar una posible fusión para mantener la sede operativa de la caja en Valencia. La patronal alicantina considera que una fusión sería contraria a la vocación de vertebrar el territorio. El poder financiero se concentraría en Valencia, sede, a su vez, del poder político. También insisten en la necesidad de sentir la proximidad de los ejecutivos capaces de adoptar decisiones financieras de calado.

- ¿Qué aconseja la fusión? El Fondo de Reestructuración y Ordenación Bancaria del Banco de España pone a disposición de las entidades que quieran fusionarse. La posibilidad de ingresar dinero fresco para limpiar activos tóxicos supone un alivio en un momento en que son patentes las dificultades para captar recursos ajenos.

Idas y vueltas

- Gerardo Camps declaró en junio que el Consell consideraba viable una fusión entre las dos grandes cajas.

- José Luis Olivas, presidente de Bancaja, replicó horas después que la fusión entre Bancaja y la CAM era inviable.

- Paula Sánchez de León se estrenó como portavoz del Consell en septiembre asegurando que la Generalitat carecía de posición respecto a las cajas.

- Gerardo Camps instó la fusión de las cajas hace una semana en Alicante.

- Modesto Crespo, presidente de la CAM, replicó que todas las opiniones son respetables.

- Francisco Camps prohibió el viernes cualquier fusión fuera del ámbito autonómico.

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