Los republicanos esperan resucitar en las elecciones de Virginia y Nueva Jersey
Los demócratas insisten en que los comicios no son un referéndum sobre Obama
Los republicanos esperaban obtener ayer un éxito que impulsara su partido de cara a las elecciones de mitad de mandato del año que viene y, mirando a un futuro un poco más lejano, recolocarse en una buena posición de salida para las presidenciales de 2012. Los comicios de ayer pusieron también a prueba la influencia política del presidente Barack Obama a la hora de decidirse dos importantes cargos: los gobernadores de los Estados de Virginia y Nueva Jersey.
Hoy se cumple un año de la victoria en las urnas del primer presidente negro en la historia de Estados Unidos. Si los demócratas perdieran en Virginia (considerado un nuevo swing state, un Estado no comprometido políticamente) y Nueva Jersey (feudo del Partido Demócrata), el mensaje no sería muy positivo para la Casa Blanca, por mucho que uno de los hombres de confianza del presidente, y arquitecto de la campaña que le dio la victoria, David Plouffe, insistiera en el carácter local de los comicios. "Los resultados de estas elecciones están sobrevalorados", declaró Plouffe ayer. "Son elecciones locales y de aquí a noviembre del año que viene pueden pasar miles de cosas".
Bloomberg se preparaba para la reelección como alcalde neoyorquino
Todo apuntaba a que el demócrata Creigh Deeds perdería en Virginia frente al republicano Bob McDonnell -éste último le sacaba más de 10 puntos de ventaja en las encuestas- y que otra derrota se produciría en Nueva Jersey en una ajustada carrera entre el demócrata Jon Corzine y el republicano Chris Christie.
Ni siquiera el respaldo personal del presidente consiguió impulsar en los sondeos a Deeds, dominados por McDonnell. Obama fue el primer demócrata que ganaba Virginia para la Casa Blanca en unas elecciones presidenciales desde 1964. Por el contrario, Nueva Jersey ha sido tradicionalmente un reducto demócrata.
Durante el mandato de George W. Bush, los republicanos perdieron el control de la Cámara de Representantes y el Senado en 2006. Fueron desalojados del poder en 2008 y ahora pretenden capitalizar electoralmente la crisis económica, el desempleo y el empantanamiento de la guerra en Afganistán. Pero, según una encuesta de CNN, apenas un 36% de los estadounidenses tienen actualmente una imagen favorable de los republicanos. Aunque la popularidad de Obama tampoco tiene muy buenas cifras. Según una reciente encuesta de Gallup, ese índice cayó de un 62% a un 51% entre su segundo y tercer trimestre en la Casa Blanca. Aun así, los demócratas insistían en que los comicios de ayer no eran un referéndum sobre Obama. "No es el caso", declaró tajante Robert Gibbs, portavoz de la Casa Blanca.
Lo que sí ha quedado claro es el peso específico del ala dura del Partido Republicano en la elección de candidato para un escaño de la Cámara de Representantes de EE UU que estaba vacante en Nueva York. La ex aspirante republicana a la vicepresidencia en las elecciones de 2008, Sarah Palin, favoreció la candidatura de Doug Hoffman frente a la de Dede Scozzafava, moderada partidaria del aborto y el matrimonio gay. Al final de la campaña, Scozzafava se retiró y Hoffman es claro favorito al triunfo frente a su rival demócrata, Bill Owens. De esa manera, no sólo los republicanos se aseguran un escaño en el Congreso que veían en peligro, sino que Palin demuestra la fuerza potencial de su candidatura para 2012.
Respecto al resto de la jornada electoral, el matrimonio homosexual tenía ayer un duro examen en Maine, donde se decidía en referéndum si se rechazaba la ley promulgada en mayo pasado que daba luz verde a las bodas gays. Una campaña similar por parte de los adversarios de esos matrimonios obtuvo su objetivo el año pasado en California. Pero si las urnas dan su apoyo a la ley de Maine, sería la primera vez que el matrimonio homosexual es respaldado por un voto popular.
Otro gran acontecimiento del día de era la casi segura reelección del alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, precedida de una gran polémica porque ha sido necesaria la reforma de la legislación que le impedía concurrir a un tercer mandato. Atlanta, Boston y Houston también elegían alcalde.
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