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Reportaje:Los problemas de los comerciantes

Negocios sepultados bajo las obras

Los trabajos en las calles y la crisis han hecho que las ventas en las tiendas caigan un 50% - Algunos locales de Serrano y General Ricardos han cerrado

¿Qué tienen en común el dueño de una lencería "de toda la vida" de Carabanchel y un sastre que vende trajes a medida en la calle de Serrano? Para encontrar la similitud hay que percatarse de los carteles que cuelgan de los escaparates de sus tiendas: "Liquidación por cierre". Ambos negocios, levantados tras años de esfuerzo en esos dos mundos tan dispares de un mismo Madrid, comparten un triste final. El precedente fue la crisis. "La puntilla", apuntan ellos, la han puesto las obras.

En General Ricardos, el "eje comercial más importante del distrito de Carabanchel", como lo describía el Ayuntamiento cuando presentó su plan de remodelación, se impone elevar la voz para entenderse con los comerciantes. "¿Cómo van las obras?". "¡¿Obras?!", responde a gritos José Luis Sánchez, lotero de la cercana plaza del Marqués de Vadillo. Luego sonríe. "¿Qué obras?". Tres carriles se cortaron al tráfico a finales de abril, en principio, por un plazo de tres meses. La reforma pretende "reactivar la actividad productiva, ampliar el espacio peatonal y mejorar la accesibilidad". De momento, seis meses después, los carriles siguen cortados y las aceras intransitables en muchos tramos de la calle.

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El dueño de la tienda Muebles de Hogar calcula sus pérdidas en un 40%; el del Bazar del número 40, en un 50%; el de la floristería del 22, lo eleva hasta un 70%. "Yo un día cerré con 42 euros de recaudación", ejemplifica Sánchez, el lotero que tiene que hablar a voces con sus clientes. Él se puso a la cabeza del colectivo y envió una carta al concejal del distrito, Carlos Izquierdo, quejándose de los "trastornos comerciales" que les producen las obras. En ella le plantean la cuestión de su supervivencia: "No se puede paralizar toda actividad comercial porque unos señores tienen que trabajar. ¿Y nosotros qué?".

Atravesados los cinco kilómetros que separan el barrio obrero de la zona cinco estrellas de Madrid, el paisaje es casi idéntico. Cuesta distinguir los artículos de lujo que ofrecen muchos escaparates del número 1 al 100 de la calle de Serrano, ocultos como están tras las enormes grúas, las zanjas y los andamios. Bajo el asfalto crece un aparcamiento subterráneo desde enero. Algunos comerciantes han empezado a "abandonar el barco". Ha echado el cierre la tienda de moda Lanidor, Anglomanía se traslada y hasta la peluquería del excéntrico Ruphert se mudó hace meses a la cercana calle de Velázquez. "Tuve suerte de tener otro local, porque mi público ya no quería ir a Serrano", explica el peluquero. "Y yo lo entiendo. Con el pelo recién lavado nadie quiere salir a esa polvareda".

"Debido a las obras y por su comodidad les seguiremos atendiendo en la calle Basílica", se lee en un cartel pegado en la puerta de la tienda Scen. Otros ocho establecimientos aparecen cerrados a lo largo de un paseo por la calle comercial más señalada en las guías turísticas. Los que sobreviven, asisten con preocupación a la bajada de clientela. "En los últimos meses ha caído un 40%", explica la encargada de Tintoretto. "Ahora queda la incertidumbre de cuánto va a durar. Nunca nos había pasado esto".

"En la coyuntura actual está empezando a haber cierres", confirma Borja Oria, presidente de la Asociación Empresarial del Comercio Textil y Complementos (Acotex). El último estudio hecho por esta asociación cifra la caída media del sector por la crisis en un 11%. En las zonas con obras, sin embargo, han recibido quejas de comerciantes que hablan de un desplome del 50%. La Confederación de Comercio Especializado de Madrid (Cocem), por su parte, prepara un documento sobre "las enseñanzas del Plan E 2008", según explica su presidente, Hilario Alfaro. "Nos parecen muy bien todas las medidas que se han tomado para estimular la construcción, pero han hecho polvo el comercio".

La semana pasada, el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, en sendas visitas a otras zonas en obras de la ciudad, se dedicó a alabar la política de reformas municipal, que pretende "dinamizar el comercio" y lograr "la reactivación económica".

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