Un millón de visitantes en los cementerios de la capital

Javier Miana acudió ayer a ver las tumbas de sus abuelos y bisabuelos en el cementerio de La Almudena, "como todos los años". Pero lo que se encontró no fue lo mismo. "Parecía que hubiera caído una bomba", relató. "Las cruces y los mármoles estaban esparcidos por cualquier parte y habían desenterrado los restos humanos, dejando en su lugar decenas de cráteres". Así describía Miana la zona del cementerio donde estaban enterrados sus familiares, el cuartel 2 A, manzana 75.

Se trata de una de las áreas en las que se están desarrollando las labores de exhumación reglamentarias que se realizan cuando vence el plazo de concesión administrativa máxima (de 99 años), según explicó el director de Servicios de la Empresa Mixta de Servicios Funerarios, Gabino Abádanes.

El procedimiento a seguir antes de iniciarse estos trabajos, además de la publicación en el Boletín Oficial de la Comunidad, es notificarlo a las familias para que decidan qué hacer con los restos. Miana afirmó que, en su caso, la exhumación se había hecho "sin previo aviso". "Hay ocasiones en las que es imposible localizar a las familias", explicó Abádanes, quien añadió que, durante el día de ayer, no recibieron ninguna reclamación al respecto.

Los 13 cementerios municipales recibieron más de un millón de visitantes, que acudieron a depositar flores a sus difuntos en el tradicional Día de Todos los Santos, según las estimaciones de los responsables de los mismos. La asistencia ya había sido "masiva" el viernes. El buen tiempo aumentó ayer la afluencia de visitantes.