La hora de las 'mangakas'
Los mujeres arrasan en el Salón del Manga, que cierra con 60.000 visitantes
En el país de Once Upon a Time, donde vampiros, humanos y hombres lobo viven en armonía bajo el control del Barón Engelbert y su libro mágico, empiezan a suceder cosas extrañas. Ahora el orden y la seguridad dependen sólo de Liselotte, una Caperucita actualizada según las reglas del shojo manga, un género de cómic dirigido al público femenino, con toques yuri, un estilo que tiene sus raíces en la literatura lésbica japonesa de principio del siglo XX. Liselotte es la protagonista de O.U.T, de la joven española Inma R., una de las novedades más esperadas del XV Salón del Manga, que clausuró ayer sus puertas en La Farga de L'Hospitalet de Llobregat con la satisfacción general.
A pesar de la crisis y aunque, según los expositores, las ventas han disminuido entre el 10% y el 20%, el salón ha conseguido mantener los 60.000 visitantes de su anterior edición. "Aquí no hay dinero, pero mucha entrega y pasión", afirma Carlos Escriche, uno de los 135 expositores, interrumpiendo su charla con uno de los numerosos cosplay, visitantes que reproducen la estética de sus personajes preferidos en los mínimos detalles y que a menudo realizan su disfraz (que consideran su segunda personalidad) por sí mismos. Según Escriche, propietario de Alíen el 8º Coleccionista, una tienda que además de cómics (también atrasados y descatalogados) vende todo tipo de objetos vinculados con el universo manga, las series triunfadoras han sido Claymore, una novela de fantasía oscura de Norihiro Yagi, ambientada en un mundo cohabitado por el hombre y unos depredadores conocidos como Yoma, y Kuroshitsuji, el mayordomo negro, una historia de tintes demoniacos que transcurre en el Londres victoriano, escrita e ilustrada por Yana Toboso.
Las ventas de cómics en el salón caen entre el 10% y el 20% por la crisis
Con 25 años y ya tres cómics de éxito, Toboso es una de las mangakas (autoras de manga) de segunda generación que están dominando el panorama de la novela gráfica japonesa. Lo confirman los responsables de Glénat, que publican también a las diseñadoras que ya se han convertido en clásicos del género, como Arina Tamenura, autora de Full moon, y la pionera Rumiko Takahashi, la primera mujer en superar el millón de ejemplares, con obras como Lamu, Ranma 1/2 y el más reciente Inuyasha. El éxito de este héroe, un demonio perro fiero, indomable y obstinado, estuvo demostrado por la multitud de visitantes que, con largos cabellos blancos, orejitas perrunas y traje rojo, reproducían sus características.
Las mangakas han arrasado también en el puesto de Norma Editoria,l que, además del estreno de la citada Inma R., presentó la novela gráfica basada en el videojuego La leyenda de Zelda, de Hiromu Arakawa, conocida como creadora del superventas Fullmetal alchemist, una historia de alquimistas en busca de la piedra filosofal, en una sociedad en plena Revolución Industrial. Otro éxito del Salón ha sido Kobato, la nueva serie de Clamp, un cuarteto de diseñadoras consideradas las reinas del shojo gracias a Sakura, la cazadora de cartas, célebre en España por la serie de dibujos animados.
Las mujeres se han llevado también varios de los galardones que otorga el público, a través de la web de Ficomic, organizadora del salón. Destacan el premio al mejor kodomo (manga infantil) a El dulce hogar de Chi, de Konami Kanata; mejor shojo a Nodame Cantabile, y mejor manga de autor español a No te escondas, de Laura Bartolomé.
De los videojuegos al 'mah-jong'
Además de cómic, el Salón del Manga ha proporcionado a su público un intenso programa de actividades paralelas, desde exposiciones y talleres hasta conciertos y clases de japonés básico. Junto a los puestos de videojuegos online y juegos de rol, ha destacado la presencia de una sala dedicada a los juegos orientales tradicionales basados en antiguos rituales, sumida en un silencio casi irreal y atiborrada de curiosos personajes enfrascados en partidas.
"Participamos desde 2006 y hemos ganado más apasionados en cada edición. Entre otros practicamos el go, un juego de estrategia basado en el concepto de territorio, y el shogi, el ajedrez japonés, con 20 piezas por jugador y muchas más reglas y tácticas, porque las piezas capturadas vuelven a entrar en juego con otras modalidades. Además, este año introducimos novedades como el xiang-qi, el ajedrez chino", explica el coordinador del espacio, Efrén Rubio, presidente de la Asociación Cultural Sanyuu Yori (http://sanjuuyori.blogspot.com), que pronto abrirá su sede en el barrio de la Guineueta, en Barcelona.
Para un profano el más espectacular es el mah-jong, el juego -para cuatro participantes y con 144 fichas- que sirve como excusa para contar sus historias a las protagonistas de El club de la buena estrella, la novela de Amy Tan convertida en película por Wayne Wang.
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