Un mundo con menos químicos
Aunque no podría estar más claro, me he leído el estremecedor anuncio dos veces antes de darle crédito: "Queremos un mundo con menos químicos".
Entro en la primera droguería que encuentro en busca del motivo de la inquietante proclama. Se trata de un producto de higiene personal, pero si el anuncio va en serio, las pretensiones son más siniestras: más que higiene personal, la cosa tiene tonos de limpieza étnica; nada menos que eliminar a buena parte de los mortales que hemos tenido la ocurrencia de elegir la química como profesión.
Que la química sufre (injustamente, aunque éste no es el momento ni el lugar de argumentarlo) de mala imagen en nuestra sociedad no es nada nuevo. Pero aun así me sorprende que el anuncio no haya causado alarma social. ¿Se imaginan el revuelo que levantaría un anuncio que reivindicara un mundo con menos futbolistas, notarios, odontólogos o encofradores? No digamos ya un mundo con menos periodistas, o menos políticos...
Como el fabricante del gel de baño que aparentemente tan pocas simpatías siente hacia mi profesión es Sara Lee, una multinacional estadounidense con centenares de químicos -incluyendo algunos ex alumnos míos- en sus filas, me planteo si el problema podría ser que el genio de la publicidad que ha dado a luz el anuncio anduviera poco fino en la traducción inglés-español.
En ese caso, un texto como We want a world with fewer chemicals (queremos un mundo con menos productos químicos) podría verse convertido en el cuasi-genocida lema de la actual campaña.
Siendo pues benévolos, cabe esperar que Sara Lee no esté planeando por ahora el exterminio parcial de los químicos y todo se reduzca a un episodio de Lost in translation como tantos.
Pero aun así, la cosa sigue sin tener lógica.
¿Por qué menos productos químicos? ¿Por qué no más y mejores? ¿Por dónde va a comenzar la eliminación? Sara Lee nos debe a todos, y no sólo a los químicos, una explicación.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.