Una industria farmacéutica con una salud de hierro
El mercado de los medicamentos genéricos era prácticamente virgen en España cuando nació Kern Pharma, hace una década, en la antigua planta que Roche poseía en Terrassa. La familia Díaz-Varela la adquirió y se quedó con su centenar de trabajadores para emprender un negocio que no ha parado de crecer y que hoy, en una coyuntura económica endeble, demuestra tener una salud de hierro.
Dedicada al desarrollo, fabricación y comercialización de productos farmacéuticos, la compañía tuvo claro desde sus inicios que iba a apostar decididamente por el sector de los genéricos, no sólo por las expectativas de negocio que generaba, sino también por una razón relacionada con su vocación de "empresa solidaria y socialmente comprometida". "Respecto a los fármacos que se comercializan bajo una marca, los genéricos aportan el valor añadido de que no sólo mejoran la salud de los pacientes, sino también la del sistema público de salud", explica Raúl Díaz-Varela, consejero delegado de Kern Pharma.
Con un precio un 30% inferior al de los medicamentos de marca, los genéricos sólo pueden ser producidos por otros laboratorios una vez vencida la patente de la marca que los lanzó e invirtió en investigación, desarrollo y promoción. En España, este tipo de fármacos se ha introducido con más lentitud de la que esperaba el sector. En Cataluña, una de las comunidades con mayor consumo de genéricos junto a Andalucía y Madrid, las ventas de este producto apenas representan el 23% del total. "Los gobiernos autónomos deberían hacer más para potenciar este tipo de fármacos, especialmente en momentos de crisis como los actuales", apunta el consejero delegado de Kern Pharma, que preside la patronal del sector, la Asociación Española de Sustancias y Especialidades Genéricas (AESEG).
Algunas empresas que en su día apostaron por este mercado se han visto perjudicadas al confiar en un crecimiento que ha acabado siendo inferior al que preveían. Pero no ha sido el caso de Kern Pharma, que en su década de vida no ha parado de crecer de forma exponencial, hasta situarse entre las seis primeras empresas españolas dedicadas al mercado de los genéricos en volumen de facturación y en número de unidades vendidas. En 2008, la compañía facturó más de 111 millones de euros y fabricó 78 millones de unidades de fármacos (envases), el 54% destinado a la exportación. Las previsiones para el cierre de 2009 son de un crecimiento del 15%, con una facturación de 126 millones de euros. En su planta de Terrassa, de 54.000 metros cuadrados, Kern Pharma da empleo a 550 trabajadores.
Díaz-Varela apunta que una de las claves del éxito para una empresa dedicada a los genéricos es estar atenta a las oportunidades que se presentan y aprovechar el vencimiento de patentes de fármacos de gran consumo. Así ha actuado Kern Pharma en el caso de la atorvastatina, la molécula de mayor venta en España y en el mundo (indicada para pacientes con riesgo cardiovascular e hipercolesterolemia), hasta el momento comercializada exclusivamente por Pfizer y Almirall. Su patente ha expirado y la compañía de Terrassa se ha situado entre las cinco que en España han lanzado este mes de octubre su versión genérica.
Con un catálogo de 53 moléculas y 128 presentaciones genéricas -más 29 moléculas en desarrollo y registro-, Kern Pharma se ha propuesto ampliar su gama en una decena de nuevos productos cada año. Aunque la apuesta de Kern Pharma es el medicamento propio (a principios de año adquirió a Almirall 13 fármacos que han pasado a integrarse en la producción propia), la firma de Terrassa no ha dejado de producir para otras compañías, como Bayer, Esteve y Roche.
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