La percepción de seguridad se mantiene pese al repunte de los delitos

Los catalanes siguen sintiéndose razonablemente seguros (6,1 sobre 10, dicen, igual que en 2007 y 2008), aunque durante el último año ha habido un ligero repunte de la delincuencia (el 2% más de delitos). Así lo indican la Encuesta y el Informe de Seguridad de este año, presentados ayer por el consejero de Interior, Joan Saura. En 2008 la tasa de delitos y faltas penales por cada 1.000 habitantes fue de 57,64, dos puntos por encima del año anterior. Pero el consejero destacó que la de Cataluña es una baja tasa de criminalidad y recordó que la media europea está en 70 delitos por cada 1.000 habitantes.

Saura celebró que la percepción de seguridad permanezca estable y que el número de delitos se mantenga también pese al repunte registrado e interpretó que los datos "desmienten" que la delincuencia haya aumentado como consecuencia de la crisis. Uno de los farolillos rojos de las cifras dadas a conocer ayer es la creciente inseguridad que sienten los ciudadanos de Girona y su área: en un año la percepción de seguridad ha caído de 6,4 a 5,8. "No sabemos a qué obedece, tendremos que estudiarlo", reconoció Saura. Otra mala noticia es el incremento del 1,6% de los delitos contra el patrimonio, es decir en robos, hurtos y daños.

Los robos, hurtos y daños aumentaron el 1,6% en 2008

El consejero ecosocialista destacó que el estudio y la encuesta revelan que los Mossos d'Esquadra son el cuerpo policial más valorado por los ciudadanos: le dan un 6,5, mientras que otorgan un 6,1 a las policías locales. Sin embargo, la nota de la policía catalana ha caído casi un punto desde 2000, cuando sacaba un 7,3. Saura también destacó que de los 15.100 mossos que hay actualmente se pasará a 18.000 en 2015.

Los mejores datos del estudio corresponden, indiscutiblemente, a la seguridad viaria. En el lado subjetivo, aumentan los ciudadanos que consideran que la seguridad en el tráfico ha mejorado, y en el lado objetivo están el vertiginoso descenso de muertos en accidente (de 891 en 2000 a 452 el año pasado) y la constatación de que baja el número de conductores que dan positivo en los controles de alcoholemia.