Cicciolina o Berlusconi
Soy un lector italiano de EL PAÍS y parte de mi trabajo se lleva a cabo en el extranjero.
Durante años, en las cenas de negocios, he tenido que justificar constantemente a mi país ante colegas internacionales cuando me preguntaban cómo era posible que los italianos hubieran elegido para el Parlamento a la estrella porno Cicciolina.
Yo les respondía que, con la elección de la onorevole Ilona Staller, conocida como Cicciolina, Italia había llegado a las más altas cotas de democracia, una especie de "sueño italiano", al demostrarse que cualquier persona puede aspirar a los puestos más altos de la República. Al mismo tiempo, reconocía mi preocupación por el bajo nivel de madurez democrática y por la falta de responsabilidad del electorado italiano.
Desde hace varios años ya no me atormentan con esta cuestión, ha sido sustituida por la elección de Berlusconi y sus relaciones con los conflictos de intereses, con la mafia, con los jueces y con las veline.
Mis colegas internacionales han cambiado la pregunta, yo no he cambiado la respuesta.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.