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Mil personas claman por la liberación del 'Alakrana'

Las sirenas de los barcos retumbaron ayer en los puertos de 13 municipios gallegos y vascos como un único clamor: "Liberad a nuestros marineros". En Cangas, Nigrán, Gondomar, Baiona, Ribeira, Boiro, Valga, Bermeo, Mundaka, Santurzi, Sestao y Ondarroa se sucedieron las concentraciones de apoyo a los 36 tripulantes secuestrados en el atunero Alakrana desde hace ya 21 días. Alrededor de un millar de personas se movilizaron en Galicia.

El portavoz del BNG, Guillerme Vázquez, asistió a la concentración celebrada en Moaña para reiterar la necesidad de que "a corto plazo" se deba garantizar la seguridad de los buques pesqueros, para lo cual "se deberán abordar las modificaciones legales que sean necesarias". No descartan desde el Bloque la conveniencia de llevar seguridad privada a bordo y, tras la propuesta del Gobierno español presentada ayer en esa misma línea, apuestan por que la ONU se pronuncie.

Vázquez no entró a valorar la ausencia de representantes de la Xunta en las distintas movilizaciones pero sí abundó en lo oportuno de "respaldar" a las familias en un momento tan delicado. "A nosotros nos parece que hay que estar", declaró, al margen de las iniciativas presentadas en el Parlamento por su grupo y los contactos mantenidos con las familias desde su formación. Reclamó "medidas urgentes" para poner fin al secuestro y manifestó su deseo de que el proceso abierto por el magistrado Baltasar Garzón no entorpezca la liberación del barco.

Amigos y familia

En el Ayuntamiento de Moaña fueron más de un centenar los amigos y familiares de Joaquín Fernández (marinero) y José Carlos Meira (engrasador) los que se dieron cita a las doce en punto. Entre ellos, la mujer de éste último, Rosa María Juncal, y el padre de Joaquín Fernández, ambos visiblemente emocionados.

Rosa María se declaró "nerviosa" pero "respaldada" por la solidaridad de sus vecinos, y Joaquín recordó que su hijo ya vivió otros intentos de secuestro, por lo que urgió la aplicación de medidas que salvaguarden la integridad de los marineros en aguas del Índico.

"Les han quitado hasta la ropa", lamentaba sin ocultar su preocupación tras casi una semana sin poder hablar con su hijo -ayer por la mañana sólo algunos familiares pudieron charlar con la tripulación-.

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