50.700 viviendas libres serán tasadas como de protección oficial

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha cumplido su propuesta electoral y ha puesto en marcha el plan de vivienda que fracasó en Madrid. El Consello de la Xunta aprobó ayer, en su reunión de Ourense, el decreto que regula esta iniciativa para los años 2009-2012. La propuesta consiste en promover la venta de vivienda y mejorar la actual situación "de parálisis manifiesta" del sector inmobiliario catalogando como pisos de protección los de precio libre. Según anunció ayer Feijóo, el Ejecutivo gallego catalogará como protegidas hasta 50.700 viviendas libres en "cualquier edificio de cualquier ciudad", que lleve al menos un año construido "siempre que el precio y la superficie esté dentro del catálogo de vivienda pública protegida". De esta forma espera que aumente el número de familias, "más de 50.000", que podrán beneficiarse de las ayudas de entre 7.000 y 10.000 euros que ofrece el Gobierno autónomo para acceder a una vivienda.

Para hacer frente al plan, la Xunta -con aportación económica del Estado- movilizará 600 millones de euros lo que "generará un volumen de negocio de 3.000 millones", explicó ayer el presidente, convencido de que el plan traerá consigo la creación de 40.000 nuevos empleos en el sector inmobiliario.

Feijóo obvia de esta forma el fracaso de este mismo plan en Madrid, donde su compañera de partido Esperanza Aguirre liberó a finales de 2008 un stock de 25.000 pisos paralizados por la crisis. El proyecto hizo aguas: sólo se acogieron al plan 1.270 viviendas de las 25.000 propuestas y apenas se vendieron 108. La Xunta duplica el número de viviendas incluidas en el plan. Aunque Feijóo no detalló ayer este punto, en el programa electoral figuraban ayudas a los promotores mediante la compra de viviendas por el Gobierno autónomo a precio tasado para incorporarlas al programa de protección oficial.

"Implantamos el acuerdo al que llegamos con el Gobierno central, pero además innovamos", dijo el presidente en su comparecencia para marcar distancias con el Ejecutivo de Zapatero.

No fue la única ocasión en la que Feijóo comparó su gestión con la de Zapatero. El presidente gallego confrontó su política de empleo, basada "en el fomento del autoempleo" frente al "subsidio que los trabajadores no quieren", y anunció dos medidas contra la recesión: el apoyo a la formación de los trabajadores (destina 12 millones de euros para 850 acciones formativas) y la creación de una línea de ayudas para convertir en autónomos a quienes hayan agotado todas las prórrogas de las prestaciones sociales por desempleo que ofrece el Gobierno central. "Lo que quieren los parados es trabajar y el subsidio debe ser la última opción", afirmó el presidente.

Entre las iniciativas de la Xunta contra la crisis, destaca el apoyo a la automoción. El Gobierno gallego aprobó ayudas "a más de 75 empresas que emplean a 40.000 personas". Feijóo avaló su propuesta con el hecho de que "Galicia es una de las tres comunidades con mayor incremento de matriculaciones". El Consello autorizó una ampliación de capital, por 4,2 millones, para Xestur Pontevedra que se encuentra "en situación de quiebra". La intervención supone para el presidente "volver al rigor y a la responsabilidad en la gestión de las empresas públicas".