Cómo recibir una medalla sin hacer "ningún esfuerzo"

No termina de entender que le hayan dado una medalla por hacer algo que no le cuesta ningún esfuerzo y que encima le gusta. Eso dijo Carmen Maura, una de las más populares actrices del cine español con proyección internacional, cuando ayer recibió la medalla de oro de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España de manos de su presidente, Álex de la Iglesia, con el que va a rodar dentro de poco una película: Balada triste de trompeta.

A pesar de su brillante carrera cinematográfica, galardonada con varios premios Goya, dos premios Europa a la mejor actriz, una Concha de Plata, seis premios Fotogramas, la medalla de oro de las Bellas Artes, el premio a la interpretación femenina en Cannes, el Premio Unión de Actores... la actriz siempre reivindica su querencia por el teatro, en el que estuvo 10 años en sus inicios y al que vuelve de vez en cuando, pero fuera de España: "Quizá porque me da menos corte", comentó ayer sin ocultar su deseo de hacer algo aquí sobre las tablas, "pero sin ir de diva, sino formando parte de un elenco".

Anoche, Carmen Maura acudió a una cena en el Museo Reina Sofía que le ofrecieron sus compañeros de la Academia. Antes de ese encuentro, algunos de ellos la definieron como "la mejor comediante viva del cine europeo", en palabras de José Luis Borau; "poseedora de una mezcla perfecta de humor, humanidad, espontaneidad, técnica, sentido dramático, deseo, dolor y capacidad de lucha que yo siento para mis personajes", dijo Pedro Almodóvar.

Pero, como aseguró Fernando Colomo, a ella lo que le gusta es jugar, y en esa trayectoria tan lúdica sus mejores momentos los ha vivido en algunos rodajes. "Cuando oigo '¡motor, acción!' no me pongo nerviosa ni me amilano; además, nos podemos cargar el plano entre muchos". Y añadió: "Lo más difícil, lo más duro que he vivido, fue haciendo Mujeres al borde de un ataque de nervios, pero no acepto más preguntas sobre este tema".