Película de terror en Hollywood
La caída en las ventas de DVD castiga a la industria del cine
Los grandes estudios de Hollywood se mueven en "arenas movedizas". Así lo describe Jon Favreau, realizador de Iron Man, uno de los pocos puntales de la taquilla reciente. Sus palabras vienen acompañadas de la imagen que ofrecen los grandes ejecutivos de esta industria corriendo de un lado a otro como pollos sin cabeza.
En menos de un mes, tanto Dick Cook, presidente de los estudios Walt Disney y con 37 años en la empresa, como Marc Shmuger y David Linde, al frente de la producción cinematográfica de Universal, han visto caer el hacha. Paramount
vivió en julio la misma criba entre sus principales ejecutivos, y Metro Goldwyn Mayer (MGM) evita la bancarrota como puede. A Alan Horn y Barry Meyer, máximos ejecutivos de Warner Bros., se les acaba el contrato en 2011, y ya ha comenzado la búsqueda de reemplazo.
Los ejecutivos del sector corren de un lado a otro como pollos sin cabeza
Habrá menos películas y más baratas, opina James Cameron
Y eso es lo que cuenta: menos arte y más atraer a la audiencia
La piratería ha acabado con la gallina de los huevos de oro
Eso por no hablar del número de despidos entre los soldados de a pie. La industria del cine como la conocemos se tambalea y, curiosamente, no es culpa de la actual crisis económica. "La taquilla se mantiene o incluso ha aumentado, pero eso no es lo que paga las películas. Su financiación viene también de los DVD. Y eso ha bajado mucho", sopesa otro de los grandes de Hollywood, James Cameron. En estos momentos no importa lo grande que es uno. En su opinión, el público ha matado el cine con su amor. "Vivimos ese momento en la historia en el que las películas que me gusta hacer van a ser imposibles de realizar. A partir de ahora habrá menos películas, las producciones tendrán un menor alcance y los presupuestos serán menores", añade quien, hasta hoy, es el director de la película más taquillera de la historia, Titanic.
Las palabras de Cameron se pueden resumir en una conocida táctica futbolística: jugar a la defensiva. O lo que en Hollywood llaman una programación con espectáculos de marca: apostar a lo seguro, ya sea con franquicias que han demostrado su poder de arrastre (Harry Potter), películas basadas en algo conocido, un remake (Tron Legacy), una novela (Crepúsculo), una serie de televisión (El llanero solitario) u otras marcas como la Barbie, los Legos, el View-Master, el Monopoly y otros juegos de mesa, todos ellos con un filme en ciernes. "Viendo esta cartelera, uno se tiene que preguntar si están en ácido", bromeó el actor Robin Williams.
Lo que están es en crisis. En la actualidad, Universal es el estudio con una menor presencia en la taquilla, un 8,8% en lo que va de año (695 millones de dólares de recaudación). Le sigue Disney, con un 11,7% del pastel, lo que equivale a unos ingresos de taquilla de 928 millones de dólares. A pesar del éxito de películas bajo su bandera como Up, su última franquicia con éxito es National Treasure y arrancó en 2004. Warner Bros., el gran ganador del año, domina un 20,4% con unos ingresos de 1.600 millones de dólares. La saga de Harry Potter sigue viva y coleando, y los mismos estudios tienen entre manos el lanzamiento de una prometedora serie con Sherlock Holmes como protagonista.
Como dijo Robert Iger, a la cabeza de los estudios Disney, cuando nombró a Rich Ross en el puesto que durante años defendió Cook, el nuevo ejecutivo tiene una gran carrera en el campo del entretenimiento familiar y en el mercado internacional, dos fuentes de ingresos clave para un estudio. Así que mientras la división cinematográfica estrenaba rotundos fracasos como Más allá de los sueños, Ross lanzó nuevos productos al mercado televisivo y descubrió una mina de oro para todas las divisiones con fenómenos como High School Musical, Hannah Montana o incluso los Jonas Brothers. Y eso es lo que cuenta: menos arte y más atraer a la audiencia.
Pero como asegura James Cameron, la dolencia que sacude a Hollywood no está en la taquilla. El mercado del DVD (y ahora Blue-Ray), en el que los estudios depositaron su confianza durante años, se desmorona. Fue la gallina de los huevos de oro en la que Hollywood encontró un filón para sus arcas. Sin embargo, el Blue-Ray no acaba de arrancar, y el mercado del DVD, que supone la mitad de los ingresos de una película, está de baja. En algunos estudios las pérdidas son de hasta un 25%.
Según el grupo Digital Entertainment, en el mercado estadounidense los ingresos en este campo bajaron un 9% en 2008 y un 13,5% en la primera mitad del 2009. En total, un 12,7% desde su momento más álgido en 2004, cuando Hollywood amasó 16.600 millones de dólares gracias a las ventas en DVD, añade el grupo de análisis Adams Media Research. En otros países, otrora conocidos por su rentabilidad como España o Corea del Sur, la piratería ha hecho cerrar muchas de estas divisiones y ha acabado con la gallina de los huevos de oro.
De ahí la búsqueda de nuevas fuentes de ingreso. El modelo que hasta ahora existía, basado en los ingresos por DVD y en la financiación bancaria, hace aguas, y un nuevo modelo, basado en nuevas plataformas como las descargas legales y el vídeo a la carta con fuentes extranjeras de financiación, está emergiendo, pero sus resultados aún están por ver.
Las estrellas tampoco venden como lo hacían antes, y los costes de producción, al igual que los de distribución y marketing, siguen siendo muy elevados. Ante este panorama, la única solución es seguir cambiando a los jugadores hasta encontrar al equipo ganador. Es un proceso cíclico, aunque la última vez que los estudios vivieron una sacudida tal entre sus ejecutivos data de 1984, cuando los principales cargos al frente de tres de los estudios más destacados -Paramount, Disney y Fox- cambiaron de sillón en unos pocos meses. De aquellos cambios surgieron políticas arriesgadas, pero en esta ocasión parece que el eslogan es minimizar las pérdidas. Y convencer a Wall Street de que las cosas no van tan mal. -
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