El Coppola más íntimo
A inicios de este siglo, Francis Ford Coppola tuvo que reconocer que no podía levantar económicamente su gran proyecto Megalópolis, y decidió radicalizar y simplificar su carrera. Filmes pequeños, historias más cercanas e íntimas, rodajes fuera de EE UU para ahorrar gastos. El primero de esos trabajos fue Juventud sin juventud en 2007, y el siguiente, y fallido, ha sido Tetro.
Sin embargo, Juventud sin juventud tiene algo del pulso visual al que Coppola dio rienda suelta en Drácula y mucho del talento del director para hablar del amor, de crisis existenciales y del poder del arte. Basada en una novela del rumano Mircea Eliade, Juventud sin juventud no tuvo distribución en España, aunque sí se pudo ver en festivales, y hoy La Casa Encendida (Ronda de Valencia, 2) recupera la historia de este profesor anciano que tras recibir la descarga de un rayo recupera su juventud y multiplica su inteligencia. Coppola filmó más de 170 horas de película gracias a la tecnología digital, que el montador Walter Munch, uno de los maestros de su oficio, redujo a los definitivos 128 minutos. Una decantación para alcanzar la pureza del talento de Coppola.