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El agua arruina los legajos del juzgado de La Vila

Una inundación arruina la documentación de un juzgado de La Vila Joiosa

El juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de La Vila Joiosa amaneció ayer empapelado por los legajos de más de 1.000 expedientes judiciales que sufrieron graves daños como consecuencia de la inundación de los bajos donde se ubica su archivo. La inundación se produjo hace dos semanas porque unos técnicos que instalaban fibra óptica en la calle. Los trabajadores del juzgado sólo acceden al archivo un día a la semana, de ahí que no advirtieran la inundación de inmediato.

Los expedientes del juzgado han tenido que ser esparcidos por diferentes dependencias de la sede judicial -un bajo comercial con sótano alquilado en el centro de La Vila Joiosa- para poder ser secados con la ayuda de ventiladores y de la puesta en marcha de la calefacción del local, que ha estado a pleno funcionamiento durante el pasado puente.

Los funcionarios llevan dos años exigiendo más medios

Hasta los transeúntes que pasan por delante de una de las puertas de acceso al juzgado, que está abierta para favorecer su ventilación, pueden ver los papeles esparcidos por el suelo. Incluso está ocupada la sala de vistas. Los funcionarios tienen que soportar durante toda la jornada laboral el fuerte hedor que desprenden los legajos todavía húmedos, pero a media mañana de ayer, nadie de la Consejería de Justicia se había puesto en contacto con ellos.

Fuentes del juzgado han confirmado a este periódico que toda la documentación del archivo estaba esparcida por el suelo del sótano, dado que la consejería lleva dos años sin atender la petición de que fuera dotado de una decena de estanterías para archivar los documentos. La falta de medios ha llegado hasta el extremo de haber tenido que pedir prestadas a un bar cercano las sillas de la sala donde retienen a los detenidos antes de pasar a disposición judicial.

Los funcionarios del juzgado todavía no saben el material que podrán recuperar, después de que las carpetas estuvieran flotando durante días en el sótano, donde el agua llegó al medio metro de altura. Tampoco pueden predecir el tiempo que tardarán en volver a ordenar la numerosa documentación que acumulaban para poder recuperar la normalidad.

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Legajos mojados, puestos a secar en un pasillo de los juzgados de La Vila Joiosa.
Legajos mojados, puestos a secar en un pasillo de los juzgados de La Vila Joiosa.ROSA FUSTER

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