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ETA frena las iniciativas de Arnaldo Otegi

La banda terrorista responsabiliza a la izquierda 'abertzale' de su parálisis política tras la ruptura de la tregua

ETA ha tomado el control absoluto sobre la izquierda abertzale. Ha perdido la confianza en sus dirigentes y les ha cortado la iniciativa política que tenían prevista impulsar para este otoño, el polo soberanista, una plataforma a favor de la soberanía que sirviera de aglutinante de los independentistas. La moratoria impuesta por ETA se extenderá al menos hasta el verano. La mejor prueba externa es que los portavoces de la izquierda abertzale, especialmente Arnaldo Otegi, impulsor del polo soberanista, están desaparecidos desde el verano, tras una fugaz aparición de enero a mayo.

Un texto de la banda redactado este verano, al que ha tenido acceso EL PAÍS, da las claves de lo que ETA piensa sobre la ofensiva del Gobierno contra ella y la ilegalización de la izquierda abertzale. Lejos de plantearse una autocrítica sobre su decisión de romper el proceso de final dialogado del terrorismo y de su fracasada actuación posterior, la banda responsabiliza a la izquierda radical de la situación de debilidad en que se encuentra su movimiento político.

La banda: "La izquierda 'abertzale' tiene hoy menos influencia que nunca"
"Las dudas tienen fuerza para destruir como carcoma a Batasuna", dice ETA
El asesinato de Uria "ha acelerado la contradicción interna", según los etarras
La estrategia de Interior de "votos o bombas" está teniendo éxito
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El texto confirma, a su vez, que la estrategia de "votos o bombas" del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, está teniendo éxito. Tras la ruptura de la tregua en junio de 2007, la decisión del Gobierno de mantener la ilegalización de Batasuna hasta que condene a ETA o convenza a la banda de que abandone la violencia está generando contradicciones entre la banda y su entorno político.

La izquierda abertzale contempla cómo ETA le cierra el camino de la política mientras la ve cada vez más debilitada. Sus cuatro principales líderes han sido detenidos sucesivamente en sólo año y medio. La estructura que la banda tenía durante la tregua está prácticamente desarticulada. Los sondeos confirman que las bases de la izquierda abertzale están abrumadoramente a favor del cese definitivo de ETA. La banda, con su peculiar lenguaje, se hace eco de esas contradicciones en su texto.

- La ruptura del proceso fue un error. ETA reconoce que en su masa social se ha instalado la idea de que la ruptura del proceso del final dialogado del terrorismo fue un error y que con su actual incapacidad política, unida a la debilidad de la propia banda terrorista, ya no van a volver a tener otra oportunidad. En el texto, ETA reprocha a la izquierda abertzale su "tendencia a quedarse mirando al proceso de negociación con nostalgia política". Dice también la banda que tras la ruptura de la tregua "había que presionar con la línea armada y la ofensiva política para retomar el proceso y mejorar las condiciones políticas. No hicieron el camino que debían y el MLNV (Movimiento de Liberación Nacional Vasco) ahí se ha quedado".

"¿Había que darle el "no" [al proceso de diálogo]? El que esta pregunta esté en muchas cabezas alimenta la tendencia a poner en duda lo que se ha hecho y lo que hay que hacer. Esa duda tiene tanta fuerza para destruir a la izquierda abertzale desde dentro como la carcoma".

- La estrategia del Estado supera a ETA y a su entorno.

Tras la detención de los principales dirigentes de ETA en poco tiempo y la inactividad de la izquierda radical, los textos de la banda subrayan "la sensación de que la estrategia del enemigo ha superado la estrategia de la izquierda abertzale y de que la ha mantenido en un agujero sin salida". "La estrategia represiva de los últimos años ha superado a la izquierda abertzale... Esta estrategia represiva consigue gripar a la izquierda abertzale en su potencialidad, influencia y formas habituales. La estrategia política se queda colapsada". El final es lapidario: "La izquierda abertzale tiene la menor capacidad de influencia que nunca".

- La nostalgia de las instituciones. ETA reprocha a su entorno político estar más pendiente de volver a las instituciones y la inseguridad que les crea haberse quedado fuera de ellas que del desarrollo de una estrategia a largo plazo. El texto de la banda dice: "... al cerrarse esa opción (la negociación), en la izquierda abertzale se situaba de nuevo a largo plazo la barrera de las ilusiones, de ambición política... La estrategia de la izquierda abertzale no ofrece salidas a largo plazo. Solamente se imponen las que crean inseguridades: ¿Qué haremos con la línea institucional? ¿Qué haremos sin portavoz? ¿Qué haremos si pueden encarcelar a todos los militantes? ¿Adónde iremos? ¿Cómo terminaremos?".

- Dudas sobre la lucha armada. El texto de ETA muestra su preocupación por las dudas existentes en la izquierda abertzale sobre las posibilidades del terrorismo. "Duda sobre las opciones de victoria: en la conciencia colectiva de la izquierda abertzale como movimiento, está instalada la duda en torno a la capacidad de liderar el proceso".

- Dudas sobre la dirección del entramado. La manifiesta debilidad de ETA, con la cadena de detenciones de sus principales líderes y comandos operativos en los dos últimos años, está provocando dudas sobre quién debe dirigir el entramado. ETA reconoce textualmente: "Se pone en duda permanentemente la línea establecida por la imposibilidad de hacer la dirección". Más adelante dice: "Se pone en duda a quien corresponde hacer la dirección y muchos militantes sitúan su mente en una posición para hacer dirección o se ve la opción de poner en duda la dirección". "Preocupación en torno a la línea y desconfianza hacia la dirección", añade ETA.

- La estrategia de ETA contra el TAV. La banda muestra su preocupación por el fracaso de la estrategia que diseñó contra el AVE vasco hace tres años. De hecho, la presión de la banda sobre esa obra ha disminuido desde el asesinato en diciembre de 2008 de Ignacio Uria, director de una de las empresas promotoras. El texto de ETA dice: "La lucha del tren no tomó la dimensión que debiera. No se tuvo en cuenta las consecuencias de esa lucha. Más allá de la línea contra el tren, esa lucha tenía también que cumplir la función de aguijón en la estrategia de la izquierda abertzale".

En otro texto, ETA reconoce los problemas internos que generó en la izquierda abertzale el asesinato del empresario Uría, constructor del Tren de Alta Velocidad. "... Hemos decidido dar un salto cualitativo en un espacio corto de tiempo con la ejecución del director general de la empresa Uría y Altuna..., lo que ha acelerado el debate público y la contradicción interna del trabajo conjunto para el TAV", admite la banda.

Arnaldo Otegi.
Arnaldo Otegi.EFE

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