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Biólogos y ecologistas culpan a Estado y Xunta de extender una plaga en los ríos

La Confederación Hidrográfica taló ameneiros enfermos "sin criterios biológicos"

La primavera pasada un hongo de importación altamente destructivo infectó los ameneiros (alisos) de las márgenes de los ríos de la parte alta del río Miño en Lugo, del Avia y del Arenteiro en Ourense, del Louro en Pontevedra y de algún pie aislado en las orillas del Tea, según datos de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil. El organismo de cuenca retiró la mayor parte de los árboles enfermos situados en el Avia (Ribadavia) y la Federación Ecoloxista Galega (FEG) sostiene que, con esta operación, ha contribuido a propagar la pandemia. "Cuando hay infección, lo mejor es no tocar", sostienen los ecologistas. Desde el Instituto de Biodiversidade Agraria e Desenvolvemento Rural de la Universidade de Santiago critican que no exista aún una normativa que regule las actuaciones en los bosques de ribera. Su director, Pablo Ramil, afirma que la plaga se extendió también en la provincia de A Coruña, donde las competencias hidrográficas las tiene la Xunta, una administración que, señala, no ha tomado ninguna medida para atajar la plaga.

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En el caso de Ourense, los ecologistas sostienen que el organismo de cuenca "empeoró" la salud de los cursos fluviales del Avia por realizar "una tala masiva" de alisos sin tener en cuenta "ningún criterio técnico o biológico". La asociación ribadaviense Coto do Frade alertó el pasado mes de junio a la Xunta y a la Confederación Hidrográfica de la enfermedad que afectaba a los alisos de ambas márgenes del río Avia. Y el Ministerio de Medio Ambiente, del que depende la confederación, intentó atajar a principios de septiembre el problema mediante la "retirada" de los árboles infectados y de los que "estaban a punto de caerse". Después acumuló los troncos enfermos en una zona "de fácil acceso" para los camiones de la empresa encargada de transportarlos. Tardaron unos días en llevárselos, porque "la empresa que hace el transporte habitual no pudo encargarse y fue necesario llamar a otra".

"Fue una grave irresponsabilidad", sostienen los ecologistas. Aseguran que el entorno en el que el organismo de cuenca depositó los troncos contaminados "estaba sano" con lo, afirman, que "han contribuido a propagar la enfermedad". El Ministerio de Medio Ambiente señala sin embargo que el enclave "estaba ya contaminado" y sostiene que "no se talaron los árboles, sólo se retiraron los afectados o los que generaban algún riesgo".

Coto do Frade inició en el mes de mayo un estudio de las zonas afectadas por la pandemia. Realizó toma de aguas, de tierra y de raíces de los árboles y cree que el hongo que provocó la enfermedad es el Phythophothora alni, "altamente destructivo y con gran capacidad para propagarse".

La asociación remitió los análisis "realizados por laboratorios de prestigio" a la Confederación Hidrográfica y a la Xunta, pero "ignoraron las conclusiones". El organismo de cuenca tomó medidas pero con ellas "sólo consiguió que el impacto del hongo fuera aún más demoledor", matiza la Federación Ecoloxista Galega.

Los técnicos del ministerio reconocieron en junio la preocupación por el efecto que tendría una seca masiva de alisos sobre el ecosistema fluvial "dada la importancia" que estas formaciones vegetales tienen en el funcionamiento ecológico de los ríos como hábitat de especies catalogadas considerados "prioritarios" y por los "múltiples servicios ambientales y sociales a los que contribuyen". Pero, según la FEG, con la retirada de los árboles pasearon las esporas de los ejemplares enfermos por todo el curso del río "arrasando con el área riparia del Avia".

Para los ecologistas la actuación del ministerio ha sido "alarmante". "El simple hecho de caminar o pasear en coche por estas zonas supone propagar las esporas" y con ellas la enfermedad, advierten. Su tesis coincide con la del Instituto de Biodiversidade Agraria e Desenvolvemento Rural de la Universidade de Santiago. Su director, Pablo Ramil, responsabiliza de la propagación del hongo en la provincia de A Coruña a la Xunta, que tiene las competencias hidrográficas de la cuenca costera de Galicia. El biólogo afirma que el Gobierno gallego no ha tomado medidas para atajar la plaga.

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