Contas exige el reintegro de las ayudas irregulares al deporte

El conselleiro mayor de Contas, Antonio López, le puso voz ayer a lo que figura por escrito en el voluminoso informe del Consello de Contas, entregado en el Parlamento en julio. López compareció en una comisión de la Cámara para dar cuenta del documento de fiscalización. No pasó por alto el reparto de millones de euros en subvenciones irregulares cometida entre 2002 y 2005 desde la Dirección Xeral de Deportes. El conselleiro reclamó el reintegro de las cantidades cobradas de forma irregular.

Durante la etapa analizada, en la que Deportes estuvo dirigida por Eduardo Lamas y por José Ramón Lete -este último, recuperado por Feijóo para el mismo departamento-, las ayudas a clubes y federaciones sumaron 32,5 millones de euros. "No se estableció un régimen de derechos y obligaciones", dice el informe, que denuncia que se le diera a las federaciones "el manejo, control y gestión de fondos públicos, sin exigencia de acreditar requisitos de eficacia y solvencia".

López citó casos en que una misma factura sirve para justificar varias subvenciones, y otros en los que no se acreditó el gasto de forma documental. El área de Deportes, que ahora depende directamente del presidente de la Xunta, deberá "extremar la cooperación" con las organizaciones deportivas, para evitar "solapamientos y sobrefinanciación". Y, en todo caso, clubes y federaciones que no justifican los gastos deben "reintegrar las cantidades".

Sergas y conciertos

También prestó atención el conselleiro de Contas a la situación del Sergas, al que recomendó tomar "la iniciativa" para determinar "cuáles son los servicios que se prestan" en los centros concertados, su intensidad y la población a la que deben afectar, en lugar de que sea el centro privado el que realice la propuesta.

Esa situación, que conlleva un "incremento de costes", tiene un ejemplo gráfico en Povisa, en Vigo, donde deben introducirse "mecanismos para la modelación de la demanda". Los grupos de PSOE y BNG interpretaron el informe de 2006 como la constatación de un cambio en la tendencia pese a la "inercia" de 16 años del PP, si bien los socialistas admitieron que los objetivos del bipartito eran "más ambiciosos que las realizaciones". El PP acusó a los demás grupos de "intentar justificar lo que antes criticaban".