Alquimia de aromas y música

Patrick Süskind sentó un precedente al exponer ante el gran público una nueva manera de sentir la lectura tejiendo un "evanescente reino de los olores" en su novela El perfume (1985). Ahora, el artista Stewart Mathew y el perfumista Christophe Laudamiel dan un salto adelante y, gracias a las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías, trenzan una obra musical en que las fragancias cobran el protagonismo absoluto. Hasta 23 personajes materializados en otras tantas sensaciones olfativas componen el plantel de actores de Green Aria. La ópera de los aromas.

El Museo Guggenheim Bilbao presentará entre el 2 y el 15 de octubre próximos este nuevo formato musical. Será el estreno absoluto en Europa de una obra sólo representada hasta ahora en su homólogo de Nueva York. La elección del escenario no resulta arbitraria. "El Guggenheim representa la combinación entre tradición, modernidad y gusto por la experimentación", explica Mathew. Son los mismos atributos de Green Aria, cuya trama recorre la historia del hombre desde sus inicios hasta la actualidad. Lo hace de un modo totalmente experimental, basado sólo en la combinación de sensaciones auditivas y olfativas, lo que convierte la obra en "precursora de una nueva forma artística y multisensorial integradora de los sentidos y las artes escénicas", según su creador.

El montaje se podrá ver en el museo entre el 2 y el 15 de octubre próximos

"Green Aria' es la precursora de una nueva forma artística multisensorial"

La tecnología cobra así su propio valor. El mecanismo que da vida a la obra parte de un órgano de esencias desde donde se transportan todos los perfumes hasta unos dispositivos a disposición de cada espectador. Dichos aparatos difundirán los aromas con un ritmo sincronizado de manera que cada usuario experimente las mismas sensaciones e identifique a los protagonistas: el aire, el agua, animales, el acero... Cada olor tiene asignado un papel con los atributos de los seres humanos. Incorporan sus sentimientos, temperatura y color, en función de "las inmensas posibilidades que abre esta nueva forma de arte, sobre la que aún tenemos mucho que experimentar", relata Laudamiel.

El preludio abrirá la representación sensorial. Sólo en este momento, que se prolongará 13 minutos, cirta luz iluminará a los personajes. Después, y durante 17 minutos, la oscuridad invadirá el auditorio del Guggenheim y el público podrá quedar preso de la música y el olor.

Un completo programa de actividades, que incluye conferencias, proyecciones y mesas redondas, en las que los aromas son los principales protagonistas complementará las representaciones de Green Aria. Entre estas actividades figura el pase el próximo lunes de El perfume, la película que el alemán Tom Tykwer dirigió en 2006 sobre la novela de Süskind.