Preso en Ruanda por unas baldosas
El español Luis Dueñas, virtual cónsul honorario en el país africano, condenado a tres años de cárcel por un problema fiscal con una importación de solería
Cuando lo detuvieron, el 24 de marzo, dijo con naturalidad: "Embarqué más baldosas de la cuenta, pero no sabía que debía pagar impuestos por ellas. Por eso espero el perdón del Gobierno y de mi compañía". Fueron las últimas palabras en público de Luis Dueñas Herrera a la prensa de Ruanda. Este ingeniero burgalés de 38 años permanece encarcelado en Kigali, la capital del país africano, tras ser condenado el 11 de agosto, en primera instancia, a tres años de prisión por evasión de impuestos -los de esas baldosas halladas en un contenedor procedente de España- y por un enmarañado caso de corrupción que salpica a un ex ministro del país, el supuesto destinatario de la mercancía, valorada en 15.000 euros. La sentencia ha sido recurrida por sus abogados y el fallo definitivo se espera para el viernes.
"Lo veo consumido y demacrado. Ha perdido bastante peso y está abatido", cuenta un compañero suyo en Ruanda que lo visita cada día en la prisión. Le lleva comida y coincide con él unos 40 segundos en una cabaña en la entrada, al otro lado de las rejas. "En la cárcel", explica, "le dan de comer una vez al día. Habas y maíz". Algo que el español no tolera bien, ya que sufre hipoglucemia aguda y debe cuidar la dieta.
Dueñas llevaba cinco años en Ruanda como trabajador de la empresa gallega Espina Obras Hidráulicas, encargada de un gran proyecto de purificación y abastecimiento de agua. Por este motivo, el material destinado a las obras se encontraba exento de impuestos, según señalan desde la compañía española. Y así ocurría, en principio, con las baldosas.
Todo se torció cuando las autoridades sospecharon que una parte del cargamento iba a parar a la casa de Munyanganizi Bikoro, ex ministro de Agua y Minas y actual miembro del Parlamento ruandés. "El señor Bikoro comentó que le encantaban para su salón", admiten desde Espina Obras Hidráulicas. La policía fiscal recibió un soplo del cargamento fraudulento, según el diario The New Times de Ruanda. Se presentó en la obra el 24 de marzo, recién llegado el contenedor. Y exigió las facturas. Una de ellas estaba a nombre del ex ministro. La policía, al comprobar que el material no iba destinado a la obra, se llevó a Dueñas, según Juan Blanco, un compañero de la empresa en Kigali.
La familia de Luis Dueñas en España y sus compañeros en Ruanda creen que el apoyo del Ministerio de Asuntos Exteriores y de la embajada que les corresponde, la de Tanzania, ha sido insuficiente. Porque Dueñas era una de las personas más respetadas y reputadas entre la raquítica comunidad española con presencia allí. La cabeza visible de España. "Cualquier español que necesitara hacerse un pasaporte o lo que fuera, contactaba con Luis y él nos daba los papeles y nos explicaba cómo hacer los trámites", cuenta el fotoperiodista gallego José Cendón, quien vivió unos años en Ruanda.
Juan Blanco, compañero de Dueñas en la sede de Espina Obras Hidráulicas en Kigali, va más allá: "Luis ejercía de cónsul honorario". Por eso, cuando pidieron ayuda a la Embajada de Tanzania, esperando un trato a la altura de las circunstancias, la sorpresa fue mayúscula: "Nos dijeron: 'No es cierto que sea el cónsul honorario de Ruanda". Un portavoz de Exteriores ratifica este punto: "Por un motivo o por otro, Luis Dueñas nunca ha llegado a serlo".
Luis Dueñas nunca llegó a serlo, pese a que María José Morales Sánchez, cónsul honoraria en Ruanda hasta 2005, explica: "Cuando informé a la Embajada de que tenía que dejar el cargo, me pidieron que recomendara a alguien de confianza que lo ocupara. Propuse a Luis Dueñas. Y una vez hecha mi propuesta le pasé a Luis toda la documentación del Consulado, para que él se ocupara de todo mientras gestionaban o no su nombramiento".
En la empresa y el entorno de Luis Dueñas sospechan que, dada la relevancia del español en el país africano, el asunto ha adquirido tintes "políticos y diplomáticos", relacionados con la causa abierta en 2008 por el juez Fernando Andreu por el genocidio de Ruanda contra 40 militares tutsis que hoy ocupan cargos en el Gobierno. Las autoridades de Kigali tildaron en junio la causa de "racista" y "negacionista". Dueñas fue condenado a los dos meses.
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