Mario, la "transversalidad ejemplar"

Mario Onaindia (Bilbao, 1948-Vitoria, 2003) fue "el hombre valiente que se pasó toda la vida luchando por la libertad". La descripción corresponde a su viuda, la parlamentaria socialista Esozi Leturiondo. Fueron sus últimas palabras ayer durante la presentación en San Sebastián de la fundación que lleva el nombre del escritor, político e intelectual vasco. Cerró el acto animando a rememorar su figura, porque "el recuerdo es un ejercicio de amistad". Su amigo Teo Uriarte, condenado como él a muerte en el juicio de Burgos, animó a "seguir la inquietud intelectual de Mario", a quien atribuyó un "defecto" como político: "Era tremendamente claro".

Una tormenta de testimonios fue perfilando la personalidad de Onaindia, sus inquietudes humanas, la política, la cultura, el euskera, el pensamiento,... Fue un "revolucionario", dijo Roberto Lertxundi, ex dirigente del PCE y de Euskadiko Ezkerra (EE). Otro correligionario, Jon Larrinaga, le definió como "un obsesionado por la paz y la reconciliación de los vascos". "Sonriendo era un superdotado", afirmó un amigo de la infancia. El ex presidente del Gobierno Felipe González destacó en una intervención grabada en vídeo su "coherencia interior" y lamentó "no haberle transmitido" en vida su afecto. Joseba Arregui resaltó su "rebeldía" y le encumbró como el mejor representante de la "transversalidad ejemplar".

La presentación de la fundación reunió en el Ayuntamiento donostiarra, entre otros, al presidente del Senado, Javier Rojo; el consejero de Transportes, Iñaki Arriola; el viceconsejero de Política Lingüística, Ramón Etxezarreta, y el abogado Emilio Guevara. El alcalde, Odón Elorza, que abrió el acto, deseó que la fundación "aporte a la sociedad valores cívicos como la solidaridad y el compromiso por la paz y la libertad".