Amnistía con multa contra la evasión

Conocer los datos reales de la economía italiana es siempre una tarea ardua. Las cifras de la aguda crisis que el Gobierno trata a toda costa de maquillar son todavía más enigmáticas. Por no hablar del dinero destinado a paliar la crisis. Aunque durante los ocho primeros meses del año el gasto público ha galopado hasta los 33.000 millones de euros (20.000 millones más de lo previsto), solo 3.700 millones corresponden a medidas contra la recesión.

Las negras previsiones del PIB (-5% para 2009), el déficit público (5,3%) y la deuda pública (115,1%, la tercera más alta del mundo), dejan sin margen de maniobra al Ejecutivo de Silvio Berlusconi, que ha decidido no tocar los impuestos y aprobar el controvertido escudo fiscal, calificado como una amnistía de evasores y mafiosos por el sindicato de los jueces y la oposición.

El escudo permitirá a los que hayan ocultado ingresos al fisco, aunque fuera mediante delitos como la falsificación de balance o el uso de facturas falsas, declarar el dinero negro pagando una multa del 5%. A todos se les garantizará el anonimato, incluso si la evasión ha servido para financiar el terrorismo. Según la consultora KRLS Network, el fisco italiano deja escapar cada año 300.000 millones de euros. Mientras, el paro alcanza ya el 7,5% y se prevé que supere el 10% en 2010.