Las cinco facultades de Medicina, más cerca

La idea de que la comunidad autónoma cuente con cinco facultades de Medicina está más cerca. Los anuncios realizados en ese sentido durante las aperturas de cursos de la Universidad Jaume I de Castellón y la Cardenal-Herrera CEU, y la entusiasta predisposición manifestada por el consejero de Educación, Alejandro Font de Mora, refuerzan la perspectiva. Salvo sorpresa, en cinco años el territorio habrá pasado de tener dos facultades (en la Universitat de València y la Miguel Hernández) a tener cinco, dos de ellas privadas.

La fiebre de apertura de centros contribuirá a rebajar las altísimas notas de acceso que exigen los centros públicos (la Universidad Católica, que es privada, establece sus propios filtros, que incluyen entrevistas con preguntas de orden moral), y a paliar, aunque con retraso, el vacío que provocará a lo largo de los próximos 10 años la jubilación de miles de médicos. No se puede descartar, como han avisado los decanos españoles, que esa fiebre acabe también matando a la gallina de los huevos de oro: Medicina tiene tanta demanda porque en un entorno laboral hostil garantiza un trabajo bien considerado socialmente y estable, justo lo contrario de lo que ocurrió a principios de los ochenta, antes de que se estableciera la barrera del númerus clausus, una época de paro y precariedad entre los facultativos.

Fiel a su línea fundacional, el CEU, que ya ha solicitado el título al Gobierno, se propone formar "médicos católicos" y "comprometidos", en palabras de su rector, José Alberto Parejo.