"El festival ha sido cantera del cine vasco"

Imanol Uribe es el primer cineasta galardonado con el Premio Zinemira, instaurado este año por el Festival Internacional de Cine de San Sebastián con el fin de destacar la trayectoria de una personalidad de la cinematografía vasca. El director de El proceso de Burgos o La muerte de Mikel, filme que acaba de cumplir 25 años, es además uno de los dos directores que han hecho historia en San Sebastián al haber conseguido dos Conchas de Oro, el máximo galardón del certámen donostiarra.

Pregunta. ¿Se considera un precursor del cine vasco?

Respuesta. Tuve la suerte de estar en el sitio oportuno en el momento oportuno. Era la época de la Transición, un momento ilusionante que abría muchas expectativas. Éramos jóvenes con mucha adrenalina, ganas e ilusión, y tuve esa fortuna de estar en el sitio y el momento adecuado. Creo que, como recuerdo, fueron los mejores años de mi vida.

"El tema de ETA me atrajo, pero me vacié mucho. Ahora tengo otras historias"

"He bebido mucho de la literatura y he picoteado en distintos géneros"

P. Comenzó en comandita con Javier Agirresarobe. ¿Mantiene la colaboración con él en la actualidad?

R. Mantenemos mucha relación, pero colaboramos cuando nos es posible. Mi última película la hicimos juntos. Él está ahora en Vancouver rodando cine americano, en otra dimensión.

P. Su despegue se produjo con tres películas sobre ETA: El proceso de Burgos, La fuga de Segovia y La muerte de Mikel. ¿Cómo las ve ahora con la perspectiva del tiempo?

R. Muy bien. Los momentos más críticos de un director se producen tras acabar agotado una película y ante el nuevo reto de la siguiente. Con estas tres películas esto no me pasó. Fueron como tirar del hilo, como un parto ininterrumpido. Una me llevó a la otra y, además, por un camino muy especial, porque pasé del documental en El proceso hasta la ficción total con La muerte de Mikel, y en medio una recreación como fue La fuga. Un recorrido lógico y coherente, y no he vuelto a tener esa fluidez de tres proyectos seguidos.

P. Las realizó con el empuje de quien está comprometido.

R. Era el empuje del arranque, del comienzo. Yo era un pipiolo que llegué al País Vasco despistado, pero con unas ganas de conocerlo tremendas, y el cine fue un vehículo fantástico para eso. Me abrió los ojos a lo que entonces estaba a flor de piel, el tema de la violencia terrorista, de Euskadi, de las señas de identidad, y estas tres películas fueron como un curso intensivo.

P. ¿Qué diferencia establece entre esas tres películas y Días contados que, aún tratando el tema etarra, es pura ficción?

R. La muerte de Mikel era ficción inspirada en un hecho real, pero Días contados es ficción total, hecha después de muchos años y de alejamiento absoluto de Euskadi. No se trata de cine como conocimiento de la realidad. Parte de unos presupuestos muy diferentes. Dias contados nace como una Carmen de Merimée, es una historia de amor entre una Carmen yonqui puta y jovencita y un Don José que, en lugar de ser militar, es un militante de ETA. Estuve trabajando con la novela de Juan Madrid, que hablaba de Malasaña, la movida, la secuela de la droga y de lo que rascábamos a fin de siglo de la violencia terrorista.

P. Ha habido un vacío de películas relacionadas con ETA. ¿No cree que faltan filmes que reflejen la posición y la perspectiva de las víctimas?

R. La última es la de Manolo Gutierrez Aragón y está en esa onda. Es un tema que me atrajo mucho, me vacié mucho, pero ahora me apetecen otro tipo de historias. Yo ya he puesto mi granito de arena, pero ahora que tomen otros el relevo.

P. Ha explorado las adaptaciones literarias.

R. Tras las tres películas iniciales, que son como un ciclo cerrado, he bebido de la literatura. Desde siempre me ha gustado algo que ha sido denostado en el cine, como es el cine "de género". He picoteado en distintos géneros, desde una comedia histórica como El rey pasmado a una urbana terrible como Dias contados o historias de chavales como La historia de Carol.

P. ¿El festival donostiarra ha contribuido al desarrollo de esta cantera tan importante de realizadores vascos?

R. Creo que sí. Hay un número importantísimo de realizadores vascos a lo largo de 50 años de cine español. El Festival de Cine ha tenido un peso específico bien claro y la proximidad con Francia también ayudó en los momentos de la dictadura.

P. ¿Qué proyectos tiene entre manos?

R. Tengo un proyecto con Elías Querejeta que no me deja contar, además de una película sobre la vida de Facundo Cabral.