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PUES NO ESTOY MUY SEGURO | OPINIÓN
Columna
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Transparencias fugadas

Juan Cruz

Nunca le perdonaremos al PP que con tanto ruido nos haya hecho creer que la única censura municipal era la de Benidorm.

Se comprende que sea la que más morbo tiene, pero además tiene prehistoria. Por una censura, y por una fuga, llegó Eduardo Zaplana a esa alcaldía, y miren lo que ha dado de sí Zaplana, que pasó como una estrella fulgurante por la política, y sigue comunicando.

Pero el PP ha recordado tan sólo el morbo que nos toca más de cerca, el hecho de que la madre de Leire Pajín estuviera en la maniobra socialista para torcer la antigua mayoría.

Además de hacer lo peor de España, que es comparar (como lo hiciste tú, lo hago yo), los partidos políticos olvidan la historia a su conveniencia. Por ejemplo, ¿fueron diputados fugados los que provocaron que fuera presidenta de Madrid Esperanza Aguirre?

En este caso de Benidorm hubo días en que daba la impresión de que esa fuga inauguraba la historia de las fugas; escuché a González Pons, buen lector de poesía, hablando del mal olor de Benidorm; y vi que esa metáfora había transitado entre los muros de Génova, porque Mariano Rajoy, que nunca ha dicho que lea poesía, habló también del mal olor. Y hasta Esperanza Aguirre se rasgó las vestiduras. Mala memoria.

Uno de los traidores de Benidorm recordó que hay al menos tres alcaldías del Partido Popular que se han logrado en las cercanías valencianas utilizando el mismo sistema de las fugas. Lo hiciste tú, lo hago yo. La funesta manía de comparar. Y al mismo tiempo se ha sabido que por ese sistema de las fugas que ahora parece patentado por la familia Pajín cambiaron de manos (hacia el PP) 24 alcaldías en España, según algunos recuentos.

En medio de esta trifulca de las censuras y de las fugas está pasando desapercibida una censura que a los tinerfeños del Puerto de la Cruz nos toca muy de cerca; allí quieren sacar a la alcaldesa socialista con los votos de Coalición Canaria y del PP, que antes gobernaba con la mayoría que se quiere tachar. Claro, no hay fugas, no hay morbo, pero el objetivo es el mismo, aplicar la teoría del ajedrez a la política. Lo que ocurre es que al lado de lo que pasa en Benidorm, que es una ciudad turística, lo nuestro parece de la estratosfera. Y no quiero desmerecer a Benidorm, pero el Puerto es la primera ciudad turística de Canarias; atrajo a Ágatha Christie, a Winston Churchill, es la cuna del ingeniero Agustín de Bethencourt y del surrealista Agustín Espinosa... Allí cerca vivió un poeta enorme, surrealista, Pedro García Cabrera, autor de un famoso libro, Transparencias fugadas. Pues se me ocurre que es un buen título para explicar las fugas y las censuras. Surrealismo puro, si uno se fija bien.

Tránsfuga en Benidorm
Tránsfuga en BenidormMATT

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