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Reportaje:

Toros yanquis en Las Ventas

La plaza madrileña celebra un rodeo al más puro estilo americano

Comenzó con una Harley Davidson que portaba una gran bandera norteamericana y el grito del locutor (o habría que decir speaker) de "God bless the rodeo". Pero, a pesar de tanto sabor americano, durante las dos horas del espectáculo se escaparon algunos olés del público. No hay que olvidar que el asunto era en Las Ventas y había toros de por medio.

Además, entre tanto jinete estadounidense había una española. La valenciana Patricia Jarque, que se "enamoró" la primera vez que vio un rodeo y quiso meterse en ese mundo "como fuera". Ayer fue una de las ocho cowgirls que, desafiando a la lluvia que caía, compitieron en la carrera de barriles. Una especie de eslalon con los caballos corriendo a gran velocidad y rodeando tres barriles colocados en el albero. A pesar de los ánimos y vítores de toda la plaza, la valenciana, con un tiempo de 19,22 segundos, no pudo terminar la primera el eslalon.

Fue la penúltima de las siete disciplinas de rodeo que se vieron ayer en Las Ventas. Antes hubo tiempo para la monta de caballos broncos (más rudos y acostumbrados a corcovear para desmontar a los jinetes), con y sin montura; el lazado de ternera (la típica imagen de los vaqueros que han mostrado las películas americanas se llevó los mayores olés de la grada por su vistosidad) individual y en pareja, en la que sólo un dúo consiguió cazar a la par al ternero; y el derribo de ternera. Como suena, derribo de ternera: los cowboys se lanzan del caballo a toda velocidad sobre la ternera y deben conseguir que dé con su costado en la arena. Uno de los jinetes se pasó de frenada y cayó directamente al suelo, provocando las carcajadas del público, sobre todo familias con niños pequeños.

El espectáculo incluía la actuación de un experto de los lazos, que también cayó a la arena por culpa de la lluvia, y de un clown, algo así como la versión yanqui del bombero-torero. Pero el que despertó más risas y aplausos fue Bertín Osborne, padrino de la velada. "Me han dicho que no se suele comentar mucho durante el rodeo", explicó, "pero eso será allí en América". Como de allí, de América, eran los toros que cerraron el rodeo. De cerca de 1.000 kilos, los astados cabeceaban enfadados intentando tirar a los cowboys que les montaban. Cuando sonaba la bocina, el jinete sabía que habían pasado los ocho segundos mínimos para puntuar en la competición.

Y esta tarde más. La plaza de Las Ventas se transformará de nuevo, a eso de las ocho y por dos horas, en una sucursal de Tejas.

Una de las amazonas que ha participado en el rodeo en Las Ventas.
Una de las amazonas que ha participado en el rodeo en Las Ventas.JOSÉ RAMÓN AGUIRRE

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