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Reportaje:

Una victoria diplomática para Rusia

La decisión facilita un nuevo tratado de reducción de armas estratégicas - Para los expertos rusos es el fin de la 'visión mesiánica del mundo' de Bush

La decisión estadounidense de no emplazar el escudo antimisiles en Polonia y la República Checa se saborea en el Kremlin como una victoria diplomática. Por suerte, el presidente ruso, Dmitri Medvédev, lejos ayer de sacar pecho con el asunto, reaccionó con un tono conciliador, asegurando que la decisión de Obama suponía "un impulso al trabajo conjunto para abordar los riesgos de la proliferación de armas nucleares". A Moscú no le hace falta cantar victoria, sabe que ha ganado.

El entusiasmo que intentó ocultar Medvédev quedó patente en otras voces rusas. Para muchos especialistas en temas militares y los políticos del país, la retirada del proyecto es un signo del final de la llamada "visión mesiánica del mundo" del ex presidente Bush. El plan del escudo atizó el enfrentamiento entre Moscú y Washington y disparó el temor al inicio de un nuevo periodo de Guerra Fría.

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El entusiasmo polaco por el escudo estadounidense también agravó la histórica tensión entre Varsovia y Moscú. En el verano de 2008, durante la guerra entre Rusia y Georgia, el Gobierno polaco señaló que la agresión rusa justificaba con creces el sistema de defensa. Hace unas semanas, la enemistad entre rusos y polacos saltó a la primera plana en el 70 aniversario del comienzo de la II Guerra Mundial. Para entonces, Polonia ya tenía indicios de que Obama iba a abandonar el proyecto del escudo.

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Los temores polacos y checos se hicieron realidad y son los rusos los únicos que sonríen. El portavoz ruso de Asuntos Exteriores, Andréi Nesterenko, calificó la decisión de "signo positivo" y subrayó que hará posible la firma de un nuevo tratado para reducir las armas nucleares, en sustitución del que caduca en diciembre.

El Kremlin siempre ha considerado que los planes de emplazar misiles interceptores en Polonia y un potente radar en la República Checa iban en realidad dirigidos contra Rusia -los expertos señalaban que el radar podía "ver" todo lo que hicieran hasta los Urales- y que la amenaza de Irán era sólo un pretexto. El despliegue del escudo en Europa Oriental era el mayor obstáculo para que los rusos firmaran la reducción de sus misiles balísticos. Por el contrario, impulsó al Kremlin a prometer que produciría muchos más misiles y más potentes para asegurarse que, en caso de guerra, pararían la barrera del escudo polaco para hacer blanco al otro lado en el Oeste europeo y Estados Unidos. Moscú arrojó el órdago para producir más misiles a sabiendas de que, si tenía que hacerlo, se iba a encontrar con un gasto muy inoportuno en un momento de crisis económica.

El diputado Andréi Kokoshin, ex secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, resume la posición de los expertos: "El escudo nuclear elaborado en época de Bush era, por una parte, una enorme provocación para Rusia y, por la otra, no garantizaba la seguridad de EE UU. Desde cualquier punto de vista, era un mal plan". El general Víctor Yesin, ex jefe del Estado Mayor de las Tropas de Misiles Estratégicos, destacó que Obama haya hecho pública su decisión en vísperas de la reunión con Medvédev durante la cumbre del G 20 en Pittsburgh la semana próxima. "Esto muestra que las preocupaciones que había manifestado Moscú respecto al despliegue en Europa del escudo han sido tomadas en cuenta por Washington. Y significa que la relaciones Rusia-EE UU se está reencauzando en la dirección correcta, en la que responde a los intereses de ambos países".

Konstantín Kosachov, presidente del comité de Asuntos Internacionales de la Cámara de Diputados, opinó que la nueva colaboración en seguridad entre Washington y Moscú es mucho más eficaz para solucionar los problemas de seguridad de los dos países que "cualquier tipo de defensa antimisil, de tropas o de operaciones militares". Y agregó: "Que el diálogo entre las dos potencias avance -el que algunos países orientales como Polonia y la República Checa no lograran hundirlo- es una señal de que la situación en el mundo se normaliza".

Desfile militar en mayo de 2008 en Moscú para conmemorar la victoria contra los nazis.
Desfile militar en mayo de 2008 en Moscú para conmemorar la victoria contra los nazis.REUTERS

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