EE UU, Japón y Corea del Sur, locos por los tebeos en Internet
Dice la leyenda que el primer cómic lo colgó un estadounidense: Joe Ekaitis. Empezó a distribuir T.H.E. Fox en Compuserve y Genie (los primeros ISP comerciales de EE UU) en 1986.
Más tarde, en 1992, Hans Bjordhal publicó a través de los grupos de noticias Usenet, Where The Buffalo Roam. Su origen: el periódico de un colegio mayor de Colorado. Varios de los precursores siguen enganchando a internautas de medio mundo: historietas como Art Comics Daily (desde marzo de 1995), Argon Zark! (desde junio de 1995) y Slow Wave (desde noviembre de 1995) mantienen ediciones online.
Geográficamente, EE UU, Japón y Corea llevan la voz cantante. Su hegemonía va relacionada con su tradición comiquera. En el país de Capitán América, Batman y Spiderman, varios artistas online hacen caja. Se financian a través de donaciones o venden láminas de su art work.
Publicidad en la viñeta
Si el tráfico en la web es alto pueden forrarse con la publicidad. Es el caso de Penny Arcade (www.penny-arcade.com). "En EE UU, el modelo empresarial del webcomic funciona. Mi influencia principal es Penny Arcade. Cuando empezaron
eran dos tipos, ahora son una empresa de 25", explica Samuel Caparrós, autor del desaparecido XDC Comics, un éxito en español. A Caparrós y a millones de internautas les fascina la historia de Mike Krahulik y Jerry Holkins, dos amigos de Seattle locos por los videojuegos, que tres veces a la semana actualizan la web con una tira sobre últimos lanzamientos en juegos.
Krahulik y Holkins organizan PAX, el festival de videojuegos más importante de EE UU, que reúne a cerca de 50.000 fans y se ocupan de Child's Play, una organización benéfica que ya ha repartido por hospitales 2,6 millones de euros en videojuegos y juguetes. "Venden comics impresos, pero ése no es el centro de su negocio. Sus beneficios provienen de la publicidad y el merchandising. Usan estrategias como el product placement: colocar en la viñeta el tetrabrick de leche de un anunciante. Y es que estamos hablando de un webcomic con casi dos millones de visitas diarias".
Penny Arcade está escrito por y para geeks. Su triunfo suena a extravagancia en Europa; pero no en un país donde las editoriales publican versiones en papel de títulos online como PvP, Penny Arcade y Megatokyo. Hasta Harvey Pekar, el Marcel Proust underground del cómic estadounidense, acaba de aterrizar en Internet.
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