El Gobierno abre con la izquierda las negociaciones del Presupuesto

La vicepresidenta segunda, Elena Salgado, abrió ayer con los partidos minoritarios de la izquierda y de forma reservada la negociación para los Presupuestos de 2010.

Los diputados Joan Herrera (ICV) y Gaspar Llamazares (IU) iniciaron los contactos que proseguirán hoy con el portavoz de ERC, Joan Ridao. Salgado les expresó la voluntad del Gobierno de contar con su voto en el trámite parlamentario y, por ser una primera toma de contacto, apenas les desveló las líneas generales y sí escuchó sus peticiones. Por ejemplo, la vicepresidenta les confirmó que el Gobierno no quiere tocar los tipos de los diferentes tramos del IRPF, eliminará los 400 euros de deducción general, elevará la fiscalidad de las rentas de capital y las plusvalías y propondrá una subida de los tipos del IVA, sin precisarles la cuantía.

Los dos diputados le trasladaron su rechazo a una subida genérica de impuestos indirectos, como el del IVA, sin discriminar entre productos de lujo. También expusieron la necesidad de elevar los tipos del IRPF para las rentas más altas y establecer gravámenes nuevos vinculados a la llamada fiscalidad verde. La propuesta de los dos diputados de la izquierda incluye elevar la fiscalidad de las Sicav (Sociedades de Inversión de Capital Variable).

El debate sobre los impuestos centró ayer, por segunda semana consecutiva, el pleno del Congreso. Los grupos minoritarios de la izquierda ayudaron al PSOE a rechazar las iniciativas para reducir impuestos. Significativamente, el PP pactó ayer con CiU todas las propuestas económicas que fueron al pleno.

"El peaje de la muerte"

La izquierda, es decir, PSOE, BNG, IU, ICV y Nafarroa Bai, actuó de manera unitaria en la reforma de los impuestos, frente al resto de la Cámara. La única excepción fue ERC que, por marcar de cerca a CiU, se sumó a la propuesta de los nacionalistas, pactada con el PP, para suprimir el impuesto de sociedades. Pero ni por esas logró ayer el PP un triunfo en una votación.

El portavoz parlamentario adjunto de CiU, Josep Sánchez Llibre, calificó el impuesto de Sucesiones y Donaciones como el "peaje de la muerte", que impone a los herederos la "mordida" de la "voracidad fiscal sin límites" de la Hacienda Pública, desincentivando el ahorro.