El primer día de clase, en el comedor

-¿Vamos a comer ya?

-No, vamos a trabajar.

Con esta conversación entre una alumna y la profesora se reanudaron las clases tras el recreo de ayer en el Colegio Público Los Ángeles, en Pozuelo de Alarcón. Donde estaba proyectada el aula para primero de Primaria, ayer sólo había unos pilares de cemento y unos albañiles. Las obras terminarán en Navidad, el centro no tiene espacio suficiente para que cada uno de los cuatro niveles (los tres de infantil y uno de primaria) disponga de un espacio independiente y la solución en los primeros meses ha sido hacer un hueco en el comedor.

Sin pizarra, con las bandejas de comida al lado, comenzaron el curso los niños de primero. El colegio estaba todavía ayer lleno de cajas de donde acababan de salir los materiales del aula. Una conserje instalaba las mesitas y las sillas en el comedor para que los alumnos pudiesen seguir allí las clases después del recreo. En las primeras horas habían compartido espacio con los de tercero de infantil. La Consejería de Educación explicaba ayer que hay matriculados 65 niños y espacio para 80. "Pero el director del centro ha decidido separar a los mayores y por eso se tienen que dar las clases en el comedor", decía un portavoz. Sin esta separación, los alumnos de primaria tendrían que compartir aula con los de educación infantil.

Algunos profesores han recibido charlas sobre cómo aplicar los protocolos

Los padres de este centro de Pozuelo, en un espacio de nueva expansión cerca de Somosaguas, llevan tiempo reclamando una solución. No sólo para el contratiempo de las clases en el comedor, que durarán previsiblemente todo el primer trimestre, sino también para el futuro de sus hijos cuando lleguen a niveles superiores. "No tiene las infraestructuras necesarias. A los niños les hace falta un gimnasio, biblioteca y, por supuesto, aulas suficientes. De momento, no hay nada de eso y nos tememos que tardaremos mucho en tenerlo porque con la ampliación sólo habrá un par de aulas más", se quejaba Ricardo Sierra.

La Comunidad asegura que cuando termine la obra habrá espacio para colocar a los alumnos de todos los cursos.