Un guión de 3.000 capítulos

La tan debatida frialdad norteña se mezcla a partir de la próxima semana con triángulos amorosos, intrigas, tramas juveniles e incluso secuestros y asesinatos. Eso sí, en la pequeña pantalla. Goenkale estrena el lunes (ETB-1, 22.00) su 16ª temporada, con nuevas incorporaciones y los ya acostumbrados tejemanejes de los cientos de personajes que han pasado por la teleserie.

Han pasado ya muchos años desde que María Luisa y José Mari Lasa regentaban el Boga en Arralde, con sus txikiteros y sus manteles de cuadros blanquiazules, pero los 11 guionistas de la serie producida por Pausoka siguen teniendo ideas. Maite Duque, la jefa de este grupo, reconoce que alguna metedura de pata sí ha habido por la complejidad que entrañan 15 temporadas de enredos, "aunque no de las de resucitar muertos", matiza.

"Es como la vida, que también tiene mil historias", apunta la jefa de los 11 guionistas

La teleserie es la más longeva de producción propia de toda España

Desde aquel Goenkale inicial, que en enero cumplirá los 3.000 capítulos, coronada como la producción propia más veterana en España, las cosas han cambiado mucho. Además de la complicación de 16 años de historias se añade la velocidad de trabajo, "todo un récord" según la directora de la teleserie, Olatz Beobide. Con rodajes diarios de seis horas que sirven para crear un capítulo de treinta minutos, Goenkale se adapta a los tiempos con una treintena de actores y busca entrar en las cuestiones más actuales

Este año, la novedad en el plantel es, junto con Joseba Olagarai y Leire Ucha, el hijo del polifacético Iñaki Perurena, Xabier. Sus personajes, presentados ayer en el museo Peru-Harri, en Leitza, también estarán inmersos en intrigas, entre las que destacan las intenciones de la nueva y cautivadora alcaldesa Klaudia, los enredos amorosos de Leonor o el misterio de la madre de Lukas y Unai. La incógnita en torno a Xabi, un ertzaina que aparentemente murió ahogado en el intento de atrapar a los narcotraficantes de Arralde, es el debate más en boga.

Algunos de los espectadores esperan con paciencia, pero otros directamente aconsejan a los actores en pleno rodaje en Tolosa. El equipo es uno más en el municipio, tanto que los vecinos participan como figurantes improvisados. El "¡corten!" sólo suena cuando alguna vecina advierte a un actor, en pleno rodaje, sobre las malas intenciones de su compañero.

La serie forma parte ya de la cultura audiovisual vasca e incluso se usa en los euskaltegis como material didáctico "para hacer oído", indica Duque. Ella ha estado en uno, pero el trabajo de armar la trama se realiza en castellano. Más adelante, los dialoguistas la traducen a conversaciones en euskera.

Goenkale vuelve porque, a pesar de su teórica longevidad, en la práctica todavía tienen mucho que contar. "Es como la vida, que también tiene mil historias", sentencia Maite Duque.