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Crónica:Abierto de Estados Unidos
Crónica
Texto informativo con interpretación

Una jugadora 'fantasma'

Clijsters, que no consta en ningún 'ranking' al haber estado retirada dos años, semifinalista

Kim Clijsters tiene su vida expuesta en Internet -ahí están su cuenta de Facebook, su canal en Youtube, su página web y su Twitter- e Internet cuenta muy bien quién es. "Madre, esposa, hermana, hija y jugadora de tenis", por ese orden, dice de sí misma la belga. La actualidad, sin embargo, desmiente sus palabras. Clijsters, retirada durante dos años, madre de Jada en ese tiempo, disputará mañana las semifinales del Abierto de Estados Unidos contra la norteamericana Serena Williams, la campeona. El resultado tiene un peso excepcional como resumen de la competitividad de Clijsters y del circuito: en su tercer torneo tras reincorporarse a la competición e invitada por la organización, la vencedora de la china Na Li en cuartos por 6-2 y 6-4 y que antes se deshizo de la estadounidense Venus Williams, la número tres, busca su segundo título grande.

"Serena ya tiene su cara de 'estoy aquí para hacer negocios", cuenta Clijster, ex número uno, que en su Twitter resume cada pocas horas sus andaduras para desayunar en Le Pain Quotidien mientas su hija y su niñera viajan en el autobús de los periodistas y ella sigue con interés los partidos de su compatriota Yanina Wickmayer. "Creo, sin embargo, que eso no quiere decir que no vayas a tener oportunidades cuando te enfrentas a ella. Voy a ser agresiva, a intentar dominar los puntos. Toda jugadora tiene un momento en el que pierde su agresividad o la concentración. Está en las manos de su rival sentir eso y subir el nivel entonces", advierte.

Clijsters, de 26 años, olfatea esos instantes y no le teme a nada. Compite sin constar en ningún ranking porque éste sólo se logra tras disputar tres torneos y éste es su tercero tras su vuelta. En cierta manera, es una jugadora fantasma, sin nada que perder, con las lesiones olvidadas, pocos precedentes -la australiana Evonne Goolagong fue la última madre en ganar un grande: Wimbledon 1980- y el título como única meta. Da miedo por su nivel y lo que inspira: en 2010, la francesa Mary Pierce se reincorporará a la competición; para entonces, quizá, otra belga, Justine Henin, habrá dado cuerpo a los rumores que la sitúan tras sus pasos.

Kim Clijsters.
Kim Clijsters.AP

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