¿Exageraciones?
Una pareja llora tras escuchar el diagnóstico de sospecha de su hijo. No era un tumor, ni una hemorragia cerebral. Era gripe, algo que para la mayoría de nosotros supone poco más que un catarro. Y todavía algunos siguen pidiendo más vacunas, cerrar colegios o comparecencias de la ministra cada dos semanas para "tranquilizar" a la población. Como si fuera la peste. Efectivamente, coincido con Trinidad Jiménez en que "quizás estemos exagerando un poco".
Contextualicemos: malaria, un millón de muertes anuales; tuberculosis, 1,7 millones; sida, 2 millones. ¿Le queda lejos? El tabaco resta de media a cada fumador 15 años de vida y mata al año a 5 millones de personas, una de cada 10 muertes en el planeta, todo según datos de la OMS. Nada de esto saldrá en portada como los fotomontajes con mascarillas en el metro que he llegado a ver por una enfermedad que ha matado en todo el mundo a unas 2.000 personas.
Entonces, ¿a quién le interesa que nos volvamos todos locos? Me duele contribuir al pánico colectivo cuando, siguiendo los protocolos actuales, reparto mascarillas a los niños con sospecha de gripe. No es que eso no contribuya a disminuir la propagación, pero, ¿por qué no lo hacíamos el año pasado? ¿Y qué haremos el año que viene? Casi nunca hemos recetado oseltamivir (Tamiflu) para tratar una gripe porque su eficacia es prácticamente similar a la de un vasito de agua. ¿Por qué ahora está incluido en todos los protocolos?
Con diversos colectivos pidiendo vacunarse cuanto antes, una propuesta divertida: pregunte a sus amigos médicos, que seguro tampoco desean morirse, cuántos se quieren vacunar. Y después pregúntese usted, ciudadano de a pie, a qué dedicaría los millones de euros que nos está costando la pandemia. ¿A comprar más Tamiflu.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.