Dos que se fugan

Es actor, director, autor, acróbata jubilado y payaso en excedencia. Daniele Finzi Pasca dirige la compañía Teatro Sunil, y La Dársena, sala de bolsillo sita al borde del lago Maggiore de Magadino (Suiza). Ha creado un espectáculo del Cirque du Soleil, tres del Cirque Éloize, entre ellos el mágico Rain, y lleva 18 años haciendo Ícaro, un soliloquio sobre la necesidad de huir, que se representa hasta el domingo próximo en el Teatro Infanta Isabel.

El tema de Ícaro es el mismo de Dos menos y el de Fugadas, ese par de tours de force que vimos la temporada pasada en Madrid (Alterio contra Sacristán, y María Galiana frente a Rosario Pardo). Como toda huida requiere un compañero de fuga. Finzi Pasca baja al patio de butacas a buscar el suyo: cada día escoge a un espectador para que haga la función con él de cabo a rabo. Lo convierte en su compañero de habitación de hospital, en protagonista pasivo de cuanto sucede.

Ícaro arranca a la manera de los monólogos de El Brujo, sigue con un número de clown estupendo y desemboca enseguida en un relato dramatizado extenso, lírico, humorístico y redundante, que dicho en castellano parece no tener el mismo ritmo que en los instantes en que a su intérprete se le escapa alguna parrafada en su italiano materno.