Más nervios con los Juegos
En la evaluación de las cuatro ciudades que aspiran a celebrar los Juegos en 2016, que dio a conocer ayer el Comité Olímpico Internacional (COI), a la candidatura de Madrid se le hicieron unas cuantas observaciones. Se trata de un informe orientativo, y no vinculante, con vistas a la votación que los miembros del Comité realizarán en Copenhague el 2 de octubre y donde se proclamará por fin la ciudad elegida.
Las observaciones que se le hicieron a Madrid son meramente formales, dijeron los organizadores, nada que no se pueda solucionar a lo largo del mes que queda. Al proyecto le han reprochado su mala presentación, hablan de riesgo financiero y de gestión a propósito de ciertas sedes, detectan algún ruido en el que habrá de ser el futuro comité organizador y observan, además, una cierta incompatibilidad entre las leyes de dopaje españolas y las internacionales. "Salimos reforzados tras el informe", dijo a pesar de las pegas el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón. Sabe de lo que habla. Hace cuatro años, las ciudades que se adelantaron a Madrid en esta estación de la carrera hacia los Juegos fueron Londres y París. Y terminó ganando la capital inglesa.
La gran perdedora fue Chicago, a la que los expertos le dieron duro. Hubo también algunas observaciones negativas con Río de Janeiro, la primera ciudad suramericana que podría organizar unos Juegos, como su falta de capacidad hotelera. Pero la ciudad carioca, quizá por la vitalidad de su gente y por la actual pujanza de Brasil, ha subido peldaños a velocidad de vértigo. Tokio, aunque la llamen mentirosa (por dar por terminados edificios sin construir), conserva la buena posición que conquistó en el primer corte que se hizo en junio de 2008, donde obtuvo la mejor calificación. La capital japonesa ya fue sede de los Juegos Olímpicos en 1964, y con notable éxito, pero la fuerza de su candidatura actual deriva del avance del sureste asiático.
Nada claro, pues, hasta Copenhague. Menos mal que se trata de unas competiciones deportivas, donde siempre se ha enseñado que lo importante no es ganar sino participar. Y ya se sabe que, mientras dure la contienda, hay que aguantarse los nervios: cada vez más intensos, a punto de desbocarse.
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