Una limonada tricentenaria

Orozko es el municipio, no sólo del País Vasco o de toda España, sino probablemente del mundo, que más antiguas heladeras tiene por habitante. La relación está en 350 aparatos censados para las menos de 2.400 personas que habitan el valle, según la asociación Orozkoko Garrafa Kultur Elkartea. La localidad se resiste a perder la tradición de preparar la limonada tal y como se hacía en el siglo XVIII.

"Aunque haya otros municipios como Llodio o Gernika que la preparan una vez al año durante sus fiestas, sólo en Orozko se hace con asiduidad", precisa Pedro Martín, uno de los miembros de la asociación. Y es que para preparar la limonada a la vieja usanza hace falta algo más que paciencia. Lo primero es hacerse con una de las heladeras o garrafas, en la actualidad verdaderas piezas de coleccionista. Y luego acertar con las cantidades de los ingredientes. Eso sí, siempre, txakoli -o en su defecto cualquier otro vino blanco-, brandy, azúcar y limón.

Para preparar esta limonada sólo hace falta 'txakoli', brandy, azúcar y limón

La empresa Elma de Mondragón dejó de fabricar heladeras en los años cincuenta

La garrafa tiene un mecanismo muy simple, similar al de los recipientes que en verano inundan los bares y no paran de batir horchata o limón granizado. Un cilindro de madera envuelve a otro metálico. En el espacio que queda entre ambos se pone hielo y sal para que poco a poco se vaya derritiendo. En el recipiente de metal se vierten los ingredientes principales y varias hélices movidas con una manivela van mezclando poco a poco el combinado.

Martín, coleccionista de garrafas -dice no recordar cuántas tiene-, comenta que adquirió una de las últimas en Bolivia. "Allí encontramos a una tribu que seguía utilizando la heladera". Es sólo un vestigio de cuando en Europa y EEUU aún subsistían empresas que fabricaban las garrafas. En España, la compañía Elma de Mondragón dejó de fabricarlas en los años cincuenta.

Martín, quien ha catalogado aparatos de la antigua Checoslovaquia, Francia, Suecia o Alemania, comenta sorprendido no haber encontrado nunca una heladera italiana. "Parece mentira que en el país que expandió los helados al resto del mundo no haya ni resto de estos inventos", afirma.

Desde 2003, Orozko convoca un concurso de garrafas para mantener viva la tradición. El de este año se celebrará el próximo miércoles y a él se han inscrito 50 concursantes con 15 heladeras. "Resulta gracioso ver a los participantes, porque llegan con las botellas de vino envueltas en papel para que nadie sepa cuál es su receta secreta", dice Martín.

Seis jueces, agrupados de dos en dos, se encargarán de analizar las garrafas. Martín reconoce que hacer una buena limonada tiene su truco: influye la mano, es decir, la velocidad a la que se bata la mezcla; respetar los ingredientes originales y, por supuesto, el recipiente.