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Merkel sufre un revés en las elecciones de tres Estados a un mes de las generales

El partido pierde la mayoría absoluta en Sarre y Turingia y conserva Sajonia

La unión Demócrata Cristiana (CDU) de la canciller Angela Merkel sufrió un serio revés en las elecciones regionales celebradas ayer en tres Estados federales alemanes. Turingia, Sarre y Sajonia eligieron sendos Parlamentos en la última cita electoral antes de los comicios generales del 27 de septiembre. La CDU defendió en los tres Estados su posición como primera fuerza política, pero perdió las mayorías absolutas y, posiblemente, los Gobiernos de Sarre y Turingia. En Sarre, donde se perfila una inédita coalición entre los socialdemócratas, el partido La Izquierda y los Verdes, la lista democristiana obtuvo 13 puntos menos que hace cinco años. 11,8 puntos menos que en 2004 obtuvo la CDU en Turingia, donde también sería posible una mayoría tripartita como la de Sarre. Los democristianos sólo lograron mantener su preponderancia en Sajonia, donde, según datos provisionales, obtuvieron el 40,4% de los votos y podrán gobernar junto a los liberales del FDP.

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Los nuevos Parlamentos elegidos ayer, además de un feo augurio para Merkel y sus deseos de pactar con el FDP, suponen que ambos partidos perdieron la mayoría en la Cámara Alta (Bundesrat).

El éxito del SPD consiste en haber frenado su caída. Dada la cercanía de las generales, la posibilidad de expulsar al partido de Merkel de dos Gobiernos regionales supone un éxito considerable y casi inesperado. En Sarre, el candidato Heiko Maas perdió con el SPD 6,3 puntos, pero se mantuvo como segunda fuerza política e hizo posible el pacto con los Verdes y La Izquierda. Maas ya había anunciado su disposición para formar un Gobierno tripartito, que sería el primero de este tipo en un Estado federado occidental. En Turingia, el SPD remontó cuatro puntos y podría expulsar a la CDU del Gobierno dando su voto a La Izquierda. Durante la campaña electoral, los socialdemócratas rechazaron apoyar al partido La Izquierda, pero ayer se especulaba sobre las intenciones socialdemócratas. Erfurt, capital de Turingia, será escenario de duras negociaciones poselectorales. En Sajonia, el SPD mejoró en medio punto sus resultados de 2004.

El pujante partido La Izquierda, fundado hace dos años por disidentes socialdemócratas del entorno de Oskar Lafontaine en el Oeste y los herederos del Partido Único del Este, fue sin duda el vencedor de la noche.

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En Sarre, La Izquierda obtuvo el 21,3% de los apoyos, el mejor resultado de su historia en un Estado occidental. Se presentaba como candidato el cofundador del partido, Oskar Lafontaine, que ya fue primer ministro de Sarre cuando era dirigente del SPD. El triunfo se debe, en buena parte, a su gran popularidad en ese pequeño Estado en la frontera con Francia. En Turingia, que es un Estado del Este, La Izquierda superó al SPD con creces y acarició el 28% de los votos. En la también oriental Sajonia, los de Lafontaine se mantuvieron como segunda fuerza política y perdieron tres puntos.

Los liberales del FDP, con los que Merkel quiere pactar la futura coalición de Gobierno en Berlín, mejoraron sensiblemente sus resultados en los tres Parlamentos. Sumaron cuatro puntos en Sarre, cuatro en Turingia y 4,1 en Sajonia, donde recuperaron su presencia en el Parlamento. Los Verdes, por su parte, también mejoraron sus resultados, aunque de forma mucho más moderada en los tres Estados.

Todos los partidos se felicitaban ayer del descenso del neonazi Partido Nacionaldemocrático (NPD), que perdió 3,6 puntos en Sajonia y pasó de tercera a sexta fuerza política en ese Estado. Sin embargo, es la primera vez que los neonazis obtienen representación en un Parlamento alemán dos legislaturas consecutivas.

Jóvenes democristianos, al conocer los primeros datos electorales en Saarbrücken, en el Estado de Sarre.
Jóvenes democristianos, al conocer los primeros datos electorales en Saarbrücken, en el Estado de Sarre.EFE

Un empujón para la campaña

Las elecciones de ayer fueron la última cita electoral antes de las generales del 27 de septiembre. Durante el verano, la campaña se anunciaba tranquila, casi de mero trámite antes de la victoria democristiana. Parte como favorita la canciller Angela Merkel (CDU), cuyas buenas perspectivas vienen refrendadas por su enorme popularidad y los resultados favorables en todas las encuestas. Los democristianos de Merkel quieren gobernar con el Partido Liberal Democrático (FDP) y acabar con la gran coalición que se vieron forzados a pactar con su principal rival, el socialdemócrata SPD. Ayer, los planes de Merkel para Berlín recibieron un duro golpe en el Este (en Turingia) y en el Oeste (en Sarre). No sólo perdió la CDU ambas mayorías absolutas, sino que ni siquiera el tándem democristiano-liberal alcanza para gobernar.

Los resultados de ayer son un discreto éxito que el SPD tendrá que capitalizar si quiere recortar distancias con Merkel para la cita de septiembre. Los socialdemócratas habían encajado una derrota tras otra desde la victoria de 2002, cuando el ex canciller Gerhard Schröder conservó un Gobierno que sólo le duró tres años. Desde entonces, el SPD ha sufrido varias crisis de liderazgo y diversas derrotas federales y regionales. Sus dirigentes tratarán de que el resultado de ayer suponga un punto de inflexión. Así, el candidato socialdemócrata y ministro de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, celebraba en Berlín que "los ciudadanos han dado la espalda a un Gobierno de CDU y FDP".

En cualquier caso, el ensayo general de ayer, a sólo cuatro semanas de los comicios federales, fue la enésima confirmación en todo el país del nuevo mapa electoral de cinco partidos.

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