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Reportaje:Días de diversión

Vivir despacio para vivir mejor

Lekeitio y Mungia se suman a la red internacional que agrupa a ciudades 'lentas' - La entidad defiende un ritmo tranquilo vinculado a las tradiciones

Hace ya una década, Paolo Saturnini, entonces alcalde del pueblo toscano de Greve in Chianti, a 30 kilómetros de Florencia, puso en marcha un movimiento que reclamaba un desarrollo basado en la calidad de vida de los ciudadanos. Para su filosofía resultaba más importante cocinar las hortalizas de las huertas del pueblo como lo hacía su abuela que comer una hamburguesa doble con queso, y un rato de charla en la plaza del pueblo, que un desarrollo acelerado que castigue el medio ambiente o impida pasear por las calles del centro urbano. Así nació Cittaslow una red de ciudades lentas, que tomaron prestado el nombre de la corriente Slow Food, una asociación que nació en 1986 como respuesta a la invasión de la fast food y a la globalización de la oferta alimentaria. Entre las seis ciudades lentas que la organización reconoce en España se hallan Mungia y Lekeitio.

La red conecta ya a 116 ciudades con menos de 50.000 habitantes

La red conecta un total de 116 ciudades que comparten la filosofía fundacional. Más de la mitad se encuentran en Italia, pero ya se han extendido hasta Corea del Sur o Nueva Zelanda. Para empezar, deben tener menos de 50.000 habitantes y cumplir una serie de requisitos relacionados con la conservación del medio ambiente y el respeto al patrimonio. Junto a las dos localidades vizcaínas forman la red española los municipios gerundenses de Begur y Pals, Rubielos de Mora (Teruel) y Bigastro (Alicante).

Ni Mungia ni Lekeitio presumen de su caracter de ciudad lenta. El símbolo de la red es un caracol con casas de colores sobre su concha, inspirado en el que distingue a Slow Food, que no se encuentra en los espacios públicos de ambas localidades vascos. Ni siquiera figuran referencias a la vida slow en sus respectivos sitios de Internet, a diferencia de lo que ocurre, por ejemplo, en las webs de Begur o Bigastro.

¿En que se nota que son ciudades lentas? El alcalde de Lekeitio, el peneuvista José María Cazalis, resalta que sus conciudadanos "viven de forma lenta" sin caer en la cuenta de las etiquetas. "La gente compra el pescado recién descargado en el puerto, los niños pueden ir en bicicleta a la playa, se potencia el comercio de los productos locales y la gastronomía tradicional, se intenta mantener un urbanismo sostenible", enumera Cazalis. En pocas palabras resume que la vida lenta sigue aprovechando lo bueno de la vida tradicional, atenta a los pequeños detalles, pero sin renunciar a las ventajas de lo nuevo, como las tecnologías.

Fomentar los productos locales supone un aspecto fundamental en la filosofía Cittaslow, por sus beneficios para los productores, que mejoran la rentabilidad de las explotaciones en un mercado cercano, y para los consumidores, que tienen a su alcance las mercancías de temporada en el momento que marca el calendario. Cada viernes, el mercado de Mungia lo pone en práctica. En pleno verano, los tomates bien maduros destacan entre las cestas de pimientos, lechugas y vainas. También se venden embutidos y dulces artesanos. Los huevos se presentan acompañados de la fotografía de las gallinas que los pusieron, picoteando el grano en libertad.

Los baserritarras que venden en el mercado de Mungia ofrecen buen género y tienen una clientela fiel. Vendedores y consumidores siguen con sus costumbres ajenos a que el pueblo forma parte de la red de ciudades lentas. La familia de Ainhoa Olazar lleva más de 30 años vendiendo en la plaza las hortalizas de su caserío y nunca había oído hablar de que fuese una actividad acorde con esa filosofía de la lentitud urbana ni de que Mungia estuviese integrada en la red internacional. "Suena bien; miraré en Internet", anuncia Ainhoa. En Lekeitio tampoco es popular.

Varias clientas compran en el mercado municipal de Mungia, una de las dos localidades vascas integradas en la red de ciudades <i>lentas.</i>
Varias clientas compran en el mercado municipal de Mungia, una de las dos localidades vascas integradas en la red de ciudades lentas.F. DOMINGO-ALDAMA

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