El retablo de papel que parece de verdad
Un pueblo pirenaico celebra la réplica de una obra vendida hace cien años
Los nueve vecinos que quedan en el pequeño pueblo pirenaico de Enviny, una pedanía de Sort (Lleida), retrocederán hoy un siglo en el tiempo cuando vean la reproducción casi exacta del retablo gótico del siglo XV que decoró el ábside de la iglesia parroquial hasta que en 1909 el párroco lo vendió a un anticuario.
No ha sido fácil conseguir las copias de esta valiosa obra realizada en 1490 por el pintor Pere Espallargues. El cuerpo principal se conserva en la Hispanic Society of America de Nueva York, mientras que las puertas y la predela se guardan en el Philadelphia Museum of Art. Obtener fotografías de cada una de las imágenes y detalles de la obra ha sido una odisea que ha requerido 11 años de laboriosas negociaciones con los responsables de los dos museos. Por eso hoy se ha preparado una gran fiesta para celebrar el acontecimiento.
Realmente no se sabe por cuánto se vendió el retablo, pero con el dinero obtenido se erigió el actual campanario, se arregló el tejado de la iglesia, se reformó el camino de los huertos y se construyó el nuevo altar, que fue quemado durante la Guerra Civil. "Si no lo hubieran vendido seguramente hoy no estaría en museos, ya que también lo habrían quemado", indica Joan Escales, de 79 años, hijo, vecino y párroco de Enviny. La réplica ha costado unos 26.000 euros.
"Las personas que vengan a verlo no distinguirán la copia del original", asegura Olga Méndez, responsable del departamento de reproducciones de Arsus Paper, la empresa barcelonesa que se ha especializado en realizar reproducciones exactas de obras de arte valiéndose de las nuevas tecnologías. En este caso ha utilizado una técnica pionera basada en el Papelgel, un producto desarrollado por la firma y patentado en 13 países. "Es un papel que se convierte en un material elástico que permite transferir imágenes fotográficas a cualquier soporte, incluso sobre cuerpos tridimensionales", explica Méndez.
La empresa tiene experiencia en estos trabajos ya que ha reproducido pinturas murales en varias iglesias pirenaicas y también réplicas de pinturas rupestres en el País Vasco. Aseguran que en interiores las tintas utilizadas pueden durar más de 200 años.
En el retablo original había una talla de madera de la Virgen, que lleva décadas en paradero desconocido y ahora el alcalde de Sort prevé iniciar una campaña por Internet para localizarla.
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