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El juez da carpetazo de nuevo a la teoría conspirativa y rechaza reabrir el 11-M

Velasco ve "extemporánea" la petición y dice que no se aporta nada "novedoso"

Intentar reabrir el sumario del 11-M -juzgado y sentenciado tanto en la Audiencia Nacional como en el Tribunal Supremo- para volver a analizar el explosivo que estalló en los trenes causando la muerte de 191 personas y miles de heridos supone "una petición extemporánea y redundante" que no pretende aportar "ningún extremo novedoso" a la causa. Es la respuesta del juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco a la petición de dos víctimas del atentado vinculadas a la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) y la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M (patrocinada por la presidenta madrileña Esperanza Aguirre), el último intento de resucitar la teoría de la conspiración.

El escrito, presentado el pasado 9 de marzo en el juzgado de Velasco a título particular por Gabriel Moris -ex vicepresidente de la AVT- y firmado por los abogados de ese colectivo, Juan Carlos Rodríguez Segura y Manuela Rubio, acusaba a la policía de haber ocultado o no haber facilitado a la Audiencia Nacional la tierra encontrada en los cráteres generados por las explosiones para determinar la composición del explosivo utilizado. A esa petición se opuso el fiscal, alegando que ya existía sentencia firme sobre el asunto, y otro grupo de víctimas, que razonó que el único objeto de ese escrito era "aparecer en los medios de comunicación".

El ex vicepresidente de la AVT acusaba a la policía de haber ocultado pruebas
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El juez niega la mayor y recuerda que en el sumario de los atentados existen varios análisis de los explosivos y que los que se practicaron inmediatamente después de los ataques "tuvieron en cuenta las muestras de campo recogidas para sustentarlos", es decir, que sí se analizaron los restos encontrados en los lugares de las explosiones, contrariamente a lo que aseguraban los abogados de la AVT.

Velasco denuncia después la estrategia de los autores del escrito. Les advierte en su resolución de que "no se puede practicar siempre la misma prueba hasta llegar [a unos resultados] que por fin satisfagan los intereses de alguna de las partes", una vez que esos hechos ya están juzgados y existe sentencia firme sobre ellos "por mucha que sea la insatisfacción e impotencia" que el análisis de los explosivos realizado durante la investigación judicial y la vista les haya generado.

El magistrado recuerda, además, que tanto la AVT como la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M "tuvieron su oportunidad", ya caducada, de "discutir" el resultado de esos análisis en varios momentos del proceso y no lo hicieron. Y detalla esos momentos y el modo en que lo pudieron hacer: "En la instrucción, pidiendo o aportando su propia prueba pericial de parte"; en la prueba pericial anticipada que acordó la Sala de lo Penal justo antes de iniciar el juicio o durante el juicio oral.

"Nos hallamos ante una petición extemporánea y redundante que por lo tanto no supone el análisis de ningún extremo novedoso en la causa, sino la valoración aislada" de una de las pruebas ya practicadas a lo largo del proceso, asegura Velasco, que recuerda que esa prueba fue "tolerada por las partes sin recurrirla". El análisis del explosivo, por tanto, debido a que ya fue valorado por la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional y la del Tribunal Supremo, es "cosa juzgada", según el juez.

Es la segunda vez que el Juzgado que actualmente dirige Eloy Velasco tiene que rechazar la reapertura del caso solicitada por partidarios de la teoría de la conspiración. El pasado 27 de noviembre, su antecesor en el cargo, Pablo Ruz, denegó la pretensión de la AVT de que la policía hiciera estallar bombas en vagones de las mismas características de los de los trenes atacados el 11-M para determinar si el explosivo utilizado era Goma 2 ECO, Goma 2 EC o Titadine, como sostienen los conspiranoicos. Ruz consideró esas diligencias "inútiles, dilatorias y perjudiciales para los fines de la instrucción", además de "manifiestamente impertinentes".

Vagones atacados el 11-M, en un taller de Renfe, siete días después de los atentados.
Vagones atacados el 11-M, en un taller de Renfe, siete días después de los atentados.GEMA GARCÍA

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