El fallo sobre el Estatuto amenaza la precaria situación del Gobierno

Una sentencia adversa del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto catalán estallará como una bomba en las manos del Gobierno, previsiblemente en otoño. La eliminación de aspectos clave como la consideración de Cataluña como nación o la obligatoriedad de la lengua propia por la que se inclina la mayoría de magistrados en las deliberaciones -como adelantó ayer EL PAÍS- complicará más un escenario político ya precario. Los partidos catalanes amenazan con una respuesta unitaria; la dificultad de lograr apoyos parlamentarios será aún mayor para el Gobierno; y las tensiones internas entre los socialistas serán elevadas. El PP también pondrá a prueba su capacidad de negociar con CiU.