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La losa del sistema sanitario

Los enfermos crónicos suponen el 80% de las consultas en hospitales y ocupan el 15% de las camas - El sistema no está preparado para atenderlos

Hizo falta que llegase a Sanidad el nuevo consejero, Rafael Bengoa, para que pregonase lo que era una evidencia entre los especialistas: el actual sistema sanitario no está preparado para atender a los pacientes crónicos, especialmente los ancianos, parte muy importante dentro de este colectivo. Osakidetza se ha quedado anclada en el modelo para enfermos agudos, a los que se dispensa una atención de calidad, pero los enfermos crónicos concentran ya el 80% de la actividad en los hospitales, acaparan el 70% del gasto sanitario total y ocupan el 15% de las camas de los complejos hospitalarios, lo que en el caso de Euskadi representa casi 800 plazas.

Bengoa, un especialista en patologías crónicas, no se ha cansado de repetir que este tipo de enfermedades suponen hoy una "epidemia silenciosa", que afecta principalmente a los mayores de 65 años. Estas patologías son las relacionadas con el aparato cardiovascular, la diabetes, la artrosis, algunos cánceres, las enfermedades respiratorias y mentales o, entre otras, el sida y la hepatitis. Todos ellas se han convertido en la principal causa de las consultas en el sistema sanitario. Por ello, Sanidad se ha embarcado en el proyecto de cambiar el enfoque de la atención sanitaria, consciente de que es una tarea de años. "El sedentarismo, el tabaco y la obesidad desencadenan esta epidemia silenciosa. Y todos los países tienen el mismo reto: procurar que los sistemas sanitarios estén más orientados a atender a los crónicos, que ahora no reciben los cuidados que necesitan", apunta.

Sanidad quiere importar modelos organizativos del extranjero

El director de Osakidetza, Julián Pérez, apunta unos datos: "El 15% de los pacientes que atendemos son crónicos, pero acaparan el 70% del gasto y el 80% de las consultas. Son atendidos de manera convencional, cuando lo que procede es trabajar con ellos de otra manera y adaptar los recursos a sus necesidades". ¿Cómo se puede hacer que el sistema cambie su orientación? "Pues con nuevas formas de organización", argumenta Bengoa. "Los hospitales de agudos no están preparados para atender a los enfermos crónicos. Tiene que transformarse la asistencia sanitaria", añade.

Esas nuevas formas de organización, puntualiza Pérez, pasan porque el enfermo crónico tenga una continuidad en la atención y un seguimiento individualizado, algo que ahora no existe en Euskadi ni en el resto de España. Bengoa quiere importar alguno de los modelos organizativos que ya existen en países como EEUU, Gran Bretaña, Alemania, Canadá o Suecia para cubrir la demanda.

Dentro de los enfermos crónicos, los ancianos forman el principal colectivo. El tratamiento de las enfermedades crónicas en los ancianos carece de continuidad y requiere de nuevos recursos, advierten los especialistas. El presidente de la Asociación Vasca de Geriatría y Gerontología-Zahartzaroa, Juan José Calvo, asegura que la atención sanitaria a estos pacientes se encuentra "anclada en el pasado" y resulta necesario fomentar el concepto de la continuidad de los cuidados. "La cronicidad es la mayor víctima de un sistema sanitario que no está preparado para dar respuesta a algo así", recalca. La atención a los ancianos con enfermedades crónicas es buena cuando se produce una crisis, pero una vez que se supera la fase aguda y la hospitalización, la atención decae.

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De la envergadura del problema da cuenta el hecho de que el 15% de los vascos mayores de 65 años presenta diferentes niveles de dependencia. Los ancianos dependientes generan un consumo de recursos muy importantes y éstos se encuentran mal distribuidos. "No hay que centrarse tanto en los gastos de hospitalización como en la continuidad de atenciones al enfermo crónico", incide Calvo. A la larga, apunta, se ahorraría en gasto sanitario. "No se puede resolver el problema en el hospital y devolver al anciano a la jungla", concluye.

Fernando Gómez Busto, geriatra de la residencia pública de ancianos San Prudencio de Vitoria, abunda en que se atiende al paciente anciano, pero no de manera especializada: "Se le atiende lo mejor posible, pero con bastantes limitaciones". "El paciente geriátrico debe ser atendido a veces en su casa, a veces en el ambulatorio y otras en el hospital o en una residencia. Está en todos los ámbitos", concluye.

Continuidad de cuidados

La propuesta generalizada entre los geriatras es que exista continuidad en el cuidado a los enfermos crónicos. Iñaki Artaza, geriatra del centro sociosanitario Orue de Amorebieta, una especie de unidad de larga estancia, insiste en que los recursos no se tienen que limitar al hospital de agudos o la residencia de ancianos, los dos extremos, sino que debe abrirse un abanico de servicios: hospitales de media y larga estancia, unidades de rehabilitación de psicogeriatría, de memoria,... "Esos servicios ayudarían a descargar a los hospitales de agudos de trabajo y a que se dedicaran a su verdadera labor, que es atender la fase crítica de una enfermedad". Euskadi sólo cuenta hoy con seis hospitales de media y larga estancia

Artaza sostiene que "los ancianos con enfermedades crónicas precisan muchas más unidades intermedias para hacer esa continuidad de cuidados, a diferencia del paciente crónico, al que se le estabiliza y punto. Pero un anciano pecisa readaptar sus funciones con de profesionales como fisioterapeutas y trabajadores sociales".

El sistema sanitario está concebido para los agudos y ha funcionado para curar patologías y dar altas rápidas. La cuestión es que hoy la vida se alarga, pero "metiendo en la mochila muchas enfermedades crónicas que provocan descompensaciones. Aunque te curen una infección, aparecen otras enfermedades. Hay que entender que esto ha cambiado", incide el geriatra Fernando Gómez Busto.

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