"Hay mucha más gente que dinero"
Los negocios lindantes al circuito acusan la falta de liquidez de los aficionados
El Gran Premio de Fórmula 1 está siendo menos rentable de lo esperado para los negocios del puerto de Valencia. Los miles de aficionados que se acercan al circuito lo hacen con los bolsillos vacíos, y solo los más pudientes se atreven con el pincho y el refresco.
Terrazas semivacías y la ausencia de colas dibujan un escenario poco habitual en los grandes eventos. "Nosotros tenemos gente, pero vienen con mucho menos dinero", afirma Rosa, que trabaja en una cafetería en los aledaños de la recta de meta. "Lo peor es para la zona de Nazaret, en la que han quitado miles de asientos", añade.
La falta de liquidez es la comidilla entre los negocios de la zona. "Se ha notado un descenso de ventas con respecto al año pasado. Y eso que corre Alonso, sino no habríamos venido", confirma Alex, que se encarga de un puesto de merchandising. "Ha bajado la asistencia, pero sobre todo se ven muchos menos Mercedes y Porches".
¡Te cobran 5 euros por un refresco, qué robo!, se queja un 'ferrarista'
La crisis hace que los aficionados se lo piensen dos veces antes de sacar la cartera, pero ellos apuntan a que el problema está en los precios abusivos. Un trío de amigos ataviados con complementos de Ferrari pasan al lado de una cafetería, uno de ellos señala un bote de refresco y exclama: ¡Te cobran 5 euros, qué robo! La combinación de poco dinero y altos precios agudiza la picaresca y deja espacio a la economía sumergida. "Hay gente que te vende latas por la calle a un euro", comenta Julio.
Incluso hay de quien recupera la vieja tradición de las neveras de playa y se trae sus bebidas de casa, pero en el circo de la Fórmula 1 todo está orientado al negocio. Luis se sienta pacientemente en los alrededores del acceso de la zona del Grao mientras toma un refresco. "Llevo una hora probando mi capacidad para beber Coca-Cola, porque no me han dejado pasar con la nevera y luego dentro del circuito me cobran ocho euros por una lata", se lamenta. Al final regala la bebida antes de entrar.
Mari Carmen y Mar, dos señoras que regentan un puesto de horchata se muestran esperanzadas a pesar del bajón de las ventas, "todavía queda mañana, esto no se ha acabado", pero la situación parece que no repuntará. Muchos aficionados, como Manuel, ya están quemados por el precio de las entradas: "No hay derecho a que cobren 100 euros por cabeza para ver los entrenamientos y 400 por la carrera. ¡Es una barbaridad!".
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