Las mujeres toman el remo
Dos equipos vascos compitieron en la primera liga femenina de traineras - Las gallegas ganaron seis de las ocho regatas
Son casi una treintena de chicas y todas ellas comparten una misma pasión: el remo. Este verano, dos equipos de Vizcaya y Guipúzcoa han participado en la Liga Euskotren, la competición que vertebra la actividad del remo femenino en el Cantábrico, en la que se midieron con una formación gallega y otra catalana.
El dominio de la tripulación gallega resultó incontestable: conquistó seis de las ocho regatas puntuables. Únicamente las remeras guipuzcoanas, en la prueba inaugural, disputada en O Grove (Pontevedra), y en la final, celebrada en Zarautz el pasado domingo, cuestionaron su hegemonía. Los clubes Getaria-Tolosa y Zumaia se alternaban en cada prueba para completar el bote de Guipúzcoa. En la general final, las vizcaínas quedaron terceras y las catalanas, últimas. Aún así, las remeras vascas no desisten.
"No importa tanto la fuerza; cuentan más la habilidad y la técnica"
"Me enganchó el trabajo en equipo, la disciplina, la amistad", afirma Joane Oliban
"Siempre hemos visto a las gallegas muy lejos, pero al pelear con ellas vemos que podemos ir a más". Joane Oliban, estudiante de 16 años ("este año cumplo 17", precisa), es la benjamina del equipo de Vizcaya, pero lleva ya tres en el remo, un mundo en el que se inició de casualidad. "Me pidieron un favor y vine. Una vez aquí, fueron la disciplina, el trabajo en equipo, la amistad y el sufrimiento los que hicieron que me quedase".
Esos mismos valores engancharon a Olatz Arregi, de 24 años, del equipo de Guipúzcoa. Por las mañanas, trabaja en una oficina bancaria y deja los entrenamientos para las tardes.
La preparación de las remeras resulta muy similar tanto en el bando guipuzcoano como en el vizcaíno. Para afrontar las regatas de verano, los entrenamientos arrancan en septiembre. Primero, en el gimnasio, y a partir de diciembre, en el agua. Seis días a la semana.
Durante la primavera, las remeras compiten, por clubes, en regatas de bateles y trainerillas, de cuatro y seis tripulantes, respectivamente. Un simple aperitivo. La trainera, con sus 12 metros de eslora y sus 200 kilos de peso, es la embarcación reina del Cantábrico. Necesita un patrón y trece remeras. "No importa tanto la fuerza; cuentan más la habilidad y la técnica", sostienen Oliban y Arregi. Por ello, el papel del patrón resulta determinante "Hay que hacer las ciabogas con mucha precisión, adelantarte a la ola... Es precisa mucha previsión", coinciden.
Las regatas femeninas se desarrollan en el mismo campo que las masculinas, si bien son más cortas: sólo requieren una ciaboga. Los dos largos totalizan 1,5 millas marinas (unos 2,7 kilómetros). Cada prueba de la Liga Euskotren repartió 6.000 euros en premios.
Finalizada la Liga, asoma ya en el horizonte, en septiembre, la gran cita del año, la Bandera de La Concha, que en 2008 acogió por primera vez una regata femenina. Ganaron las gallegas.
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