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El terrorista de Lockerbie regresa a Libia tras ser liberado por la justicia escocesa

EE UU protesta por la excarcelación por razones humanitarias de Al Megrahi

"Por muy severa que fuera la atrocidad cometida, no podemos negarle la compasión a un hombre en sus últimos días", proclamó ayer el ministro de Justicia escocés, Kenny Macaskill, al anunciar la puesta en libertad del único acusado por el caso Lockerbie.

Apenas una hora después, el libio Abdelbaset Al Mohamed al Megrahi, condenado a cadena perpetua por el atentado, en 1988, contra un avión de la PanAm que se saldó con 270 muertos, subía al avión que le conduciría desde el aeropuerto de Glasgow a Trípoli. Al Megrahi, de 57 años, padece un cáncer de próstata en fase terminal y los informes médicos, independientes, no le vaticinan más de tres meses de vida.

La última imagen del ex preso en territorio escocés -apoyándose en un bastón para caminar y con el rostro oculto bajo una gorra y un pañuelo- han provocado una oleada de indignación al otro lado del Atlántico, encabezada por el presidente de EE UU, quien se ha erigido en portavoz de los allegados de las víctimas estadounidenses. "Ha sido un error", declaró Barack Obama. La jefa de la diplomacia norteamericana, Hillary Clinton, añadió: "Estados Unidos está profundamente decepcionado. Hoy recordamos a aquellos que perdieron la vida el 21 de diciembre de 1988 y extendemos nuestra simpatía a las familias que viven cada día la pérdida de sus seres queridos a resultas de ese crimen horrendo".

La decisión tomada por el Gobierno independentista escocés, la más difícil desde su formación en 2007, ha colisionado con la exigencia de Washington de que Al Megrahi, antiguo miembro de los servicios de inteligencia libios, acabe de expiar su condena en la cárcel de Greenock, donde ha permanecido los últimos cuatro años después de pasar otros tantos en un centro de máxima seguridad en Glasgow. Así lo recordó el jefe de prensa de la Casa Blanca, subrayando que el presidente Obama "lamenta profundamente" este desenlace.

Los familiares de los fallecidos británicos en el accidente se han dividido entre quienes denuncian un gesto "moralmente incomprensible", como Victoria Cummock, que perdió a su marido, y los que reclaman una investigación al considerar a Al Megrahi un simple cabeza de turco.

El padre de uno de los muertos tras explosionar el avión sobre Lockerbie, Martin Cadman, declaraba ayer a la BBC que "se ha tomado la decisión correcta", coincidiendo con los argumentos del ministro Macaskill de que el carácter compasivo "define a los escoceses".

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La condición de moribundo cualificó al reo libio para una liberación por motivos humanitarios, según disponen tanto la legislación escocesa, la competente en este caso, como la británica. "Si se tratara de Bin Laden o de uno de sus esbirros, ¿estaríamos siquiera considerando ese supuesto?", se preguntaba indignada Stephanie Bernstein, cuyo marido figura entre las 189 víctimas estadounidenses. Sus argumentos de que "esto no tiene nada que ver con la justicia, sino con el petróleo y la política" sostienen que la excusa humanitaria enmascara en realidad la vocación escocesa y británica de preservar los negocios con la Libia de Muamar el Gaddafi.

Tal como ha venido subrayando la prensa de las islas en los últimos días, desde la normalización de relaciones entre Londres y Trípoli las empresas británicas han incrementado ostensiblemente sus intereses en Libia, con las petroleras al frente.

Un día antes de que Al Megrahi abandonara Escocia, el Tribunal Superior de Edimburgo había autorizado su solicitud de retirar la apelación contra su condena. Ese fallo abría la posibilidad de que el reo cumpliera el resto de su sentencia en una prisión libia, en virtud de un acuerdo bilateral que requiere que no quede ningún recurso pendiente para la transferencia de prisioneros.

Abdelbaset Alí Mohamed al Megrahi, con bastón, sube en Glasgow al avión que le trasladó a Trípoli.
Abdelbaset Alí Mohamed al Megrahi, con bastón, sube en Glasgow al avión que le trasladó a Trípoli.REUTERS

270 muertos

- El 21 de diciembre de 1988 el Boeing 747 de la compañía PanAm que se dirigía de Londres a Nueva York, estalló en el cielo sobre la localidad escocesa de Lockerbie. Murieron los 259 ocupantes del avión (189 eran estadounidenses) y 11 residentes de Lockerbie.

- Investigaciones de Scotland Yard y las estadounidenses FBI y CIA concluyeron que Libia estaba implicada en el atentado. Estados Unidos y Reino Unido aprobaron sanciones económicas contra Libia.

- Libia aceptó en 1998 que Abdelbaset Alí al Megrahi, que hoy tiene 57 años, fuese juzgado en Holanda.

En 2001 fue condenado a cadena perpetua. Al Megrahi ingresó en una prisión escocesa.

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