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La contaminación por ozono en la región se dispara por las altas temperaturas

Jesús Sérvulo González

El ozono es el principal contaminante del verano. Engorda con el sol. El ozono troposférico es un gas que se forma a partir de la reacción fotoquímica de los rayos solares con contaminantes provenientes de la actividad humana. El fuerte sol de las tardes de verano provoca que las radiaciones ultravioletas aceleren este proceso. Y la región lleva varios días en alerta amarilla por altas temperaturas. El pasado lunes, 20 de las 23 estaciones de medición atmosférica repartidas por toda la región (todas excepto las de Getafe, Arganza y San Martín de Valdeiglesias) superaron el umbral de protección para la salud humana, fijado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 100 microgramos por metro cúbico de aire durante más de ocho horas. Un portavoz de la Comunidad de Madrid recordó que la normativa europea establece que para 2010 no se podrán superar los 180 microgramos de ozono. "Apostamos por el transporte público", apuntó. El corredor del Henares, Algete y Majadahonda son las zonas más afectadas por este contaminante.

La contaminación producida por los coches funciona de inhibidor para el ozono troposférico. Por eso las zonas con más tráfico suelen registrar menos ozono. Lo perverso del caso es que el descenso del tráfico por la crisis, cerca de un 15%, ha elevado los niveles de ozono en la capital. Por eso, la red municipal que cuenta con otras 23 estaciones de medición también registró altas concentraciones de ozono el pasado lunes. Juan García Vicente, portavoz de Ecologistas en Acción, precisó que las estaciones municipales fueron las que registraron los mayores crecimientos en este contaminante.

García Vicente explicó que "las personas con problemas respiratorios no lo tienen muy fácil en estos días de intenso calor, ya que la contaminación contribuye a disminuir su calidad de vida, pero también afecta al resto de los ciudadanos supuestamente sanos". El ozono en altas concentraciones provoca irritación en los ojos y alteraciones en las mucosas y los pulmones.

Ecologistas en Acción también alertó de altas concentraciones de dióxido de nitrógeno (NO

2) en algunos puntos de la capital. La estación situada junto a la glorieta de Gregorio Marañón se llevó el lunes la palma. Registró concentraciones superiores a los 267 microgramos por metro cúbico. García Vicente aseguró ayer que la normativa para 2010 establece que no se pueden superar los 200 microgramos de NO2 durante más de 18 horas al año. "En Madrid, este límite lo superan en un solo mes. Es el caso de Gregorio Marañón, Luca de Tena, Alto Extremadura o Santa Eugenia, entre otras", afirma el portavoz de la asociación verde que se mostró escéptico en que las administraciones madrileñas cumplan con los límites fijados para el próximo año. "Sólo una acción contundente de limitación de tráfico en la capital puede contribuir a alcanzar los objetivos y, lo demás, es propaganda, que no lograrán mejorar la calidad del aire para desgracia de los pulmones de los madrileños", concluyó. La solución adoptada por el Ayuntamiento es modificar la red de estaciones de medición.

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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