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Reportaje:Días de diversión

La fidelidad a un estilo de feria

Los carteles de las Corridas Generales de Bilbao mentienen el mismo esquema de las últimas temporadas

Un bloque fuerte con las principales figuras del toreo en los días centrales de la Aste Nagusia forma el núcleo de la feria bilbaína, que ayer comenzó con un espectáculo de rejoneo y hoy abre sus carteles de a pie. Supone una propuesta fiel al estilo por el que apostaron los rectores de la Junta Administrativa hace una década.

Desde el martes hasta el viernes se concitan las principales figuras del panorama taurino, en lo que supone casi un coto cerrado para cualquier otro matador. Sólo Manzanares asoma la cabeza entre los seis diestros que repiten actuación en Vista Alegre en cinco días.

Sin duda, el mayor atractivo es el mano a mano de El Juli y Perera en el día grande de la Aste Nagusia. Los toros de Jandilla, que tan pobre impresión dejaron en San Sebastián esta semana , serán el material para un duelo entre dos toreros que se han planteado la cita como un trampolín para añadir un hito a su reputada carrera.

El ciclo supone un retroceso en la importancia ganadera de Vista Alegre

Los meritorios están colocados los fines de semana. Primero, en el cartel de esta tarde, con la presencia de un interesantísimo Sergio Aguilar y del vizcaíno Iván Fandiño. Con los santacolomas de La Quinta tendrán la oportunidad de ganarse una repetición si hubiera alguna sustitución a lo largo de la semana o Morante no llega a recuperarse para mañana. Luego, en las corridas de cierre de ciclo tendrán su ocasión Tejela, el colombiano Bolívar, Diego Urdiales y Daniel Luque. Sorprende que el sevillano esté en uno de los días más flojos cuando es uno de los toreros en mejor momento.

Bilbao ha tenido el reconocimiento de ser una plaza con una marcada admiración por el toro. Por ello, se ha aferrado a símbolos ganaderos, que en la presente edición cuesta encontrar. La única corrida torista del ciclo será la de los victorinos, arrinconada al cierre de feria. Faltan hierros de solera, con historia, y con un reclamo para los aficionados más allá de la presencia de figuras. Faltan esos días de Bilbao donde el toro sea el protagonista, donde los tendidos busquen vibrar con un tercio de varas o con emociones intensas.

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Es cierto que la cabaña brava no ofrece un amplio abanico de hierros toristas, pero el ciclo que hoy comienza supone un retroceso en la importancia ganadera de Vista Alegre, al menos sobre el papel. Sólo basta encontrar ganaderías como la de los hermanos Matilla para el lunes o la del torero Joselito para el jueves, que no responden al peso del eje central de la feria con presencia de figuras. Los hierros elegidos guardan demasiadas similitudes con los de otras plazas dirigidas por la Casa Chopera, lo que siempre levanta suspicacias.

Olvidada la ausencia de José Tomás, que un año más ha evitado la cita con el coso bilbaíno, la única cara que se echa en falta es la del rejoneador Diego Ventura, capaz de rivalizar con Hermoso de Mendoza.

Si han de realizar el difícil ejercicio de elegir sólo una tarde, ya que para el aficionado todas tienen alicientes, la del miércoles puede ser una cita con reclamo, pero en este mundo nada se puede adelantar antes de que salga el animal por la puerta de chiqueros.

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